Por: Brayan Stiven Vàsquez Corredor, integrante del Semillero Sounterra
El pasado 8 de agosto, el corazón de Bogotá se transformó en un vibrante tapiz de colores, sonidos y tradiciones ancestrales. El Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella fue sede de un evento sin precedentes: el Segundo Encuentro de Pueblos Originarios de Abya Yala. Durante esta jornada, miles de personas se sumergieron en un universo de espiritualidad, sabiduría y resistencia, donde las culturas indígenas de Colombia demostraron su vitalidad y su capacidad para trascender el tiempo.
La atmósfera en el evento fue una mezcla de alegría, nostalgia y profunda conexión con la tierra. Los participantes, provenientes de diversas comunidades indígenas de Colombia, compartieron sus saberes, sus costumbres y sus visiones del mundo, creando un espacio de diálogo intercultural único.
Las danzas, llenas de colores y simbolismo, fueron el alma del encuentro. Cada movimiento, cada gesto, contaba una historia, transmitía un mensaje y conectaba a los presentes con sus ancestros. Los talleres de artesanía, medicina tradicional y cosmovisión indígena permitieron a los asistentes sumergirse en los saberes ancestrales y apreciar la riqueza de las culturas originarias.
Un momento conmovedor fue la presentación de Cacofonía del silencio floreciente de la memoria, una performance que combinó música, poesía y danza para rendirles homenaje a los ancestros y a la lucha por la defensa de la tierra. A través de esta obra, los artistas indígenas invitaron a reflexionar sobre el pasado, el presente y el futuro de sus comunidades.
La vibrante cultura Tubu Bayadar dejó su huella en el encuentro, que transportó a los asistentes a través de sus danzas ancestrales y cantos sagrados. Sus elaborados tejidos y artesanías, que reflejan siglos de tradición, son testimonio de su resistencia y conexión profunda con la tierra.
Más allá de la celebración, el encuentro también fue un espacio para reflexionar sobre los desafíos que enfrentan los pueblos indígenas en la actualidad. La pérdida de territorios, la discriminación y la violencia son algunas de las problemáticas que aquejan a estas comunidades. Sin embargo, el espíritu de resistencia y la esperanza en un futuro mejor prevalecieron durante todo el evento.
El encuentro fue una celebración de las tradiciones indígenas, y un espacio de diálogo e intercambio de saberes. Talleres de medicina tradicional, artesanía, cosmovisión y lengua materna permitieron a los asistentes conocer de cerca las prácticas ancestrales y conectar con la sabiduría de los pueblos originarios.
Este encuentro es una oportunidad para que los pueblos indígenas compartan sus raíces y fortalezcan los lazos. “Estamos aquí para demostrar que nuestra cultura está viva y que seguimos luchando por nuestros derechos”, fue la consigna de esta jornada.
