Anteriormente, el asesor de seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan, afirmó que China se quedaría aislada si no permitía la llegada de especialistas internacionales para investigar las circunstancias en las que apareció el coronavirus.
“Las declaraciones al respecto de la parte estadounidense representan una amenaza y un chantaje evidente. China expresa su fuerte rechazo y se opone firmemente, nunca lo aceptaremos”, dijo el diplomático.
Según el portavoz, desde el comienzo de la epidemia, China mostró una posición abierta y transparente, compartió incondicionalmente con otros países su experiencia en el campo de la prevención y el control de la epidemia, el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad.
Zhao Lijian también recordó que China ya recibió dos veces a expertos de la OMS que investigaban el origen de la pandemia, por lo cual resultan infundadas las acusaciones de que Pekín se negó a recibir a científicos internacionales.
“Las afirmaciones de que China se quedaría aislada a nivel internacional representan en mayor medida una intimidación intencional. El descubrimiento del origen del coronavirus es una cuestión científica que los estudiosos de todo el mundo deben abordar en cooperación, y que no debe politizarse de forma arbitraria”, agregó.
Anteriormente, el presidente de los Estados Unidos declaró, al finalizar la reciente cumbre del G7, que aún no había llegado a una conclusión sobre el origen del coronavirus.
Los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que viajaron en enero pasado a Wuhan para examinar laboratorios, hospitales y mercados locales en busca de pistas, calificaron como la versión más probable el salto del nuevo patógeno de murciélagos a humanos a través de un huésped intermediario.
Estados Unidos y otras 13 naciones criticaron en una declaración conjunta el informe emitido por la OMS el pasado mes de marzo, catalogándolo de tardío e incompleto.
A finales de mayo Joe Biden ordenó a la comunidad de inteligencia de su país que redoblara los esfuerzos para investigar los orígenes del nuevo coronavirus y le presentara sus hallazgos en un plazo de 90 días.
Pekín denunció que las declaraciones de que el coronavirus SARS-CoV-2 presuntamente salió de un laboratorio son parte de una campaña diseñada para politizar el estudio de los orígenes del virus y para difamar a China.