Por: Daniel Rojas Chía
Gracias a la emergencia del COVID-19, al cambio de las dinámicas sociales y las diferentes maneras de reencontrar espacios culturales y de esparcimiento, se retoman las tradiciones del cine al aire libre con el objetivo de intentar recuperar algún espacio donde poder compartir con una persona, fuera del ámbito digital.
Ahora, en el 2020 una empresa que opera en Perú y en Ecuador anunció traer a Colombia los auto cinemas en el marco de la emergencia mundial, ya que ésta se acomoda al distanciamiento preventivo y obligatorio que toda la población debe acatar.
Por ahora, los auto cinemas llegarán desde el mes de mayo a Bogotá, Bucaramanga, Cúcuta, Medellín y Cali, pero de acuerdo con los encargados, no descartan llegar a otras ciudades en un corto plazo y también dependiendo de cómo se desarrolle el clásico negocio.
Según el consorcio que tiene como meta la reactivación de este negocio, en el país se cuenta con seis lotes con espacio para aproximadamente 700 vehículos. En estos lugares se proyectarán películas de cartelera y se ofrecerán servicios de alimentación. Todo bajo los protocolos establecidos de bioseguridad.
También se conoció que tendrán tres funciones de viernes a domingo y dos funciones entre semana de martes a jueves. La venta de la boletería y de los alimentos se realizará por internet (www.cinesobreruedas.com), y el cobro será por vehículo.
Así que próximamente Colombia tendrá otra alternativa de entretenimiento, sin embargo, tenga en cuenta que es necesario tener un vehículo para acceder a este servicio.
Curiosamente esta idea de abrir un autocine en Colombia no es nueva. El 30 de junio de 1998 se anunciaba que el siguiente puente festivo se inauguraría el primer autocine del país.
En ese momento el director operativo de lo que en ese tiempo se llamaba Centro Comercial Bima, Ramiro Lamilla, explicó que el proceso para abrir un autocine en la ciudad comenzó hace aproximadamente un año (1997), cuando se le entregó la concesión a otro particular, Jorge Salazar, quien se ha encargado de hacer la inversión.
Se planeó que el autocine hiciera opciones como prueba el 17, 18 y 19 de julio de 1998 y su lanzamiento fue con Godzila, una de las películas más taquilleras de ese año en los Estados Unidos.
Algo de historia
Para la mayoría de las personas, la idea de un autocine proviene de alguna película estadounidense que recrea la época de los 70’s donde en un acto de romanticismo juvenil (casi siempre la primera cita) una pareja asistía a un autocine y gracias al suspenso y el miedo producido por alguna película de terror, se encontraba una excusa perfecta para intentar “ese” primer acercamiento.
Autos descapotables, una temporada de verano con su clima cálido y tiempos para las vacaciones, hicieron que el 6 de junio de 1933, Richard Hollingshead inaugurara el primer Autocine en Nueva Jersey, Estados Unidos.
Cuando la idea entró en el mercado, solo podían asistir 600 espectadores, cada uno pagaba 25 centavos por ingresar con su vehículo y otros 4 centavos por persona para poder ver, bajo las estrellas, una comedia británica llamada Wives Beware, estrenada en 1932 y dirigida por Fred Niblo.
Regresando un poco a la historia de los auto cinemas, la idea original se produjo gracias a la necesidad de un problema familiar, puesto que la madre de su creador era demasiado “repuestica” como para caber en los asientos de una sala de cine.
“Así que decidió subirla a un carro, colocar un proyector de 1928 en la capota y atar dos sábanas a los árboles de su jardín”, relató Jim Kopp, de la Asociación de Propietarios de Autocines de EU, a la Institución Smithsonian, que maneja una de las redes de museos más grandes y prestigiosas en los Estados Unidos con el mismo nombre, Smithsonian.