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Por Juan Camilo Pérez Camargo
Eyesball Tattoo, así se llama un procedimiento en el que se inyecta tinta al globo ocular para llenar de color todo lo que rodea el iris en el ojo. Entre los riesgos de realizárselo están la ceguera y las infecciones, que no todos asumen como lo hizo Juan Alberto Dávila, un estudiante del Sena que, desde febrero de este año, lleva sus ojos negros, aunque su iris sea de color café. Además, tiene la lengua bífida (partida en dos) y se eliminó las tetillas.
¿Cómo se enteró de los tatuajes oculares?
Me di cuenta que existía en el 2007, pero cuando lo supe no pensé en hacerme esa modificación. El año pasado, por el programa Paint, cogí una foto mía y le pinté los ojos. Me llamó la atención cómo me veía, de ahí empecé a buscar contactos de quien lo hacía. Entonces entré a una página llamada Eyesball tattoo. Ahí encontré un modificador en Bogotá, “Damian Carnicero”, que fue instruido por Emilio González, uno de los mejores modificadores.
¿Desde qué momento le empezó gustar este tipo de modificaciones?
Desde el año pasado, yo sabía los riesgos, pero podían más las ganas.
¿Cómo fue el proceso?
Eso es algo reservado. Se utilizan jeringas de insulina del menor diámetro, la tinta normal para los tatuajes es orgánica para que el cuerpo no la rechace. Se pueden usar hasta tres colores en un solo ojo. Lo que se busca es que la tinta quede entre dos capas, la esclerótida y la conjuntiva, que protegen el globo ocular. Se emplean agua destilada para diluir la tinta y un antibiótico para evitar infecciones.
¿Qué se siente?
No siente el punzón de la aguja. Se siente un ardor ya cuando te inyectan la tinta. Como cuando le cae shampoo en los ojos.
Y la lengua bífida, ¿cómo fue el proceso?
Esa fue la primera modificación que me hizo John Fredy (Damian Carnicero). Me la hizo en septiembre del 2014. Se necesita un mes de sanación. El procedimiento es con anestesia, dura entre 30 minutos y 1 hora, mientras que cortan la lengua con el escalpelo o el bisturí. Luego, se cose cada lado por separando para que no se peguen. La recuperación sí es muy fea, se te hincha la lengua y solo se puede comer cosas líquidas.
¿Qué pensaron sus amigos y su familia?
Fue una decisión mía, sin influencia de nadie. Un escándalo en toda la familia. Que ¿con quién me estaba metiendo? nadie me apoyó, pero nadie me rechazó. Lo primero era la aceptación de la familia, ya la aceptación de la sociedad no me importaba.
¿Se inspiró en alguien o algo?
No, lo que yo quiero es evolucionar mi apariencia.
¿Cómo inició?
El izquierdo lo tuve de color azul oscuro y el otro negro. John me había dicho que no me siguiera jodiendo los ojos y que me los hacía por $300.000. Entonces llegó el día. Estaba un poco nervioso, y ya fue inyectado. La primera sesión fue muy dolorosa, para eso me puso anestésico en gotas, pero me puse nervioso y duramos toda una tarde. Fueron tres sesiones para los dos ojos, lo hice en el mes de febrero de este año. Soy una persona solitaria, quería tener una novia. Yo conocí una pelada por Topface, una página para conocer gente. Nos vimos en el Tunal y, en pocas palabras, me rechazo por mis ojos.
¿Cómo es la reacción de las personas?
La de los niños, en particular, causa mucho asombro. Tuve una experiencia con una niña con síndrome de Down, se quedó viéndome y no despegaba la mirada. Siempre cargo mis gafas, pero cuando ya estoy en mi casa no me las pongo.
Y lo de las tetillas, ¿por qué lo hizo?
Se llama eliminación de pezones. Sentía chévere, la sensación de estar plano. Duró otras tres sesiones. Lo hice por ser diferentes a los demás, evolucionar, ser superior a otros.