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¿Cómo pueden las fintech (tecnologías financieras) revolucionar la ruralidad de Colombia?

Una investigadora de UNIMINUTO se propuso buscar respuesta a la pregunta. Aquí te contamos.

Por: Juan David Cuesta Velásquez 

Las Tecnologías de la Información y Comunicación – TIC’s han permitido el desarrollo de la sociedad en distintas dimensiones. Por supuesto, la economía y las finanzas no han sido ajenas a esta transformación que, históricamente, ha tenido un imparable avance que ha puesto múltiples desarrollos e innovaciones al servicio de la sociedad para hacer dinero. Así lo plantea la investigadora de UNIMINUTO y Alianza EFI, Adriana Chaparro en el documento Fintech, una Apuesta de la Tecnología para la Inclusión Financiera en el Mundo 

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En dicho trabajo, Chaparro hace un recorrido por la evolución de las tecnologías financieras o fintech en los últimos 150 años, tomando como punto de partida el desarrollo de la cinta ticker, creada con el fin de transmitir el precio de las acciones mediante el telégrafo. 

El pantelégrafo era una máquina de transmisión de mensajería precedente al fax. Fue creado por Giovanni Caselli hacia la década de 1860, y fue el primer dispositivo que tenía un servicio práctico que podía transmitir a distancia escrituras en mano, firmas o dibujos.

Pero, ¿qué son propiamente las fintech? Chaparro aborda el concepto como “desarrollos tecnológicos innovadores que han crecido en distintas etapas fortaleciendo el sistema económico en el cual estamos inmersos”.  

Actualmente, la definición para el término se remite a “un conjunto de empresas que, aunque no son financieras, usan la tecnología digital y asocian herramientas de computación como la nube, blockchain, Big data, Inteligencia Artificial, redes sociales, entre otras, logrando así prestar financieros a sus consumidores, entre quienes se cuentan personas, empresas y gobiernos, bajo modelos innovadores de negocio (Banco de Desarrollo de América Latina, 2016)”. 

Evolución histórica 

Los desarrollos tecnológicos en el mundo de las finanzas han crecido a la par casi que con las sociedades y las formas en las que intercambiamos bienes, productos y servicios. Podríamos remitirnos al uso de sistemas de intercambio como el trueque o la creación de las primeras monedas acuñadas con valores de cambio, mencionando algunos ejemplos. 

En el documento, Chaparro nos sitúa a mediados del siglo XX cuando aparecían las primeras tarjetas de crédito o los cajeros automáticos. Pero no es sino hasta la llegada de internet que se logra una revolución imparable del comercio, la banca, la transaccionalidad y, en definitiva, cualquier operación económica centrada en el desarrollo del mundo socio-tecnológico. 

Hoy por hoy, en cualquier parte del mundo, gracias al uso de nuestros teléfonos celulares, computadores o demás desarrollos tecnológicos, hacemos uso de servicios transaccionales para adquisición de bienes, productos o servicios como Amazon, PayPal o eBay; conectamos nuestros productos bancarios o accedemos a formas de transacción online en plataformas como Uber, Rappi, Alibaba o Mercado Libre e, incluso, accedemos a billeteras electrónicas que transforman el uso del dinero de lo tangible y efectivo a lo digital como Google Wallet y, en el caso más cercano, DaviPlata o Nequi. 

Pero, ¿cómo incide el uso de todas estas tecnologías en el mundo?, ¿cómo representan una oportunidad para el desarrollo económico y social inclusivo? 

La revolución: Democratización tecnológica para la inclusión financiera y oportunidades de crecimiento

Para algunos, los temas de economía y finanzas siempre han estado por allá en los bancos y en las bolsas de valores y asumimos que nuestras formas de hacer dinero y estar inmersos en el sistema económico son condiciones establecidas desde allí. Es decir, concebimos que el uso de herramientas financieras como la banca, los productos de crédito son a veces la única oportunidad real y válida para acceder al mundo de lo económico: “plantearnos” para empezar un negocio o comprar algún bien, producto o servicio, etc.  

Pero, es bien sabido que por muchas condiciones como el desconocimiento o el contexto socioeconómico que nos atraviesa, consideramos o tememos por nuestra capacidad de endeudamiento y terminamos desconfiando del sector financiero. 

¡Es ahí donde radica la importancia de nuevos desarrollos fintech! El documento desarrollado por Chaparro da cuenta de que las fintech avanzan y cada vez son más las que apuestan por una transformación de la economía mundial; no solo por una participación justa y libre en la economía.  

Veamos algunos datos: 

Día a día se crean ideas de empresa, de negocio, de oportunidad para mejorar condiciones de vida y, gracias a esto, se generan nuevas oportunidades de empleo, de transaccionalidad, pero, sobre todo nuevas motivaciones a la innovación y al emprendimiento.  

Dicho lo anterior, esta etapa de la revolución fintech en la que nos encontramos ofrece soluciones y oportunidades o se interesa por incluir sistemas sostenibles que nutran a la productividad de la sociedad.  

Hoy, es posible hablar de sistemas de crowdfunding que buscan potencializar modelos emergentes de negocio a partir de capital de distintas formas; también podemos remitirnos a la transformación de la banca tradicional por la aparición de fuentes competitivas de financiación como la anterior mencionada o como los neobancos que, por sus márgenes de utilidades, infraestructura y costos de operación generan oportunidades inclusivas y se logran extender a sectores sociales que no contemplaban ni a la banca ni al uso de las tecnologías para su fortalecimiento y desarrollo económico.  

De igual forma, la evolución y desarrollo de las fintech con el paso del tiempo se ha posicionado – aceleradamente en la última década como lo vemos en las cifras anteriores- centrándose en las necesidades y marcos regulatorios desde los contextos de donde surgen para aportar al crecimiento económico libre, en cierta medida.  

No por menos, cada vez existen más espacios de formación, programas académicos y desarrollos en educación financiera y apropiación de nuevas tecnologías basados en la data, los comportamientos sociales, los hábitos de consumo y las necesidades en general como oportunidad de negocio; e incluso, nuevas formas de operación y transacción con el uso de criptomonedas transformando radicalmente el uso del dinero. 

¿Oportunidad para quién? 

El acelerado crecimiento de estas tecnologías ha obligado a que los estados determinen medidas y regulaciones para su extensión y alcance. Por supuesto, si bien la banca y el sector financiero han influido en este fenómeno; también lo han problematizado y convertido en objeto de amenaza para sus modelos de negocio. Pero no todo debe ser problema ni amenaza. 

Chaparro asegura que el imparable fenómeno fintech ha obligado a la banca a transformarse también velozmente y apropiarse de este para innovar y seguir fortaleciéndose, no por nada el sector financiero y bancario representa millones en las inversiones de todo el mundo. Sin embargo, los movimientos acelerados de la sociedad que pone a la tecnología a su servicio como oportunidad de crecimiento y desarrollo económico desde el uso de la información hasta el financiamiento solidario; desde la adquisición de créditos neobancarios o desbancarizados a la creación de redes solidarias y sostenibles de enlace entre prestatarios y prestamistas o inversionistas (crowdfunding) o extendiendo y fortaleciendo métodos transaccionales on y offline que permitan cada vez más la inclusión de todos los sectores sociales en la participación activa de los mercados económicos en relación con sus capacidades, necesidades y contextos. 

Con el documento, Chaparro propone abrir una conversación sobre el potencial que tiene el uso de las fintech en el sector rural colombiano. Para ello, el recorrido que hace la investigadora sobre el mundo de las fintech como apuesta de innovación para la inclusión financiera tomará camino ahora hacia su aplicación en el agro de nuestro país para el fortalecimiento de capacidades financieras que, en un primer momento, tendrá cercanía con productores de café de distintas partes del país explorando alternativas y soluciones de base tecnológica que acerquen a esta población al mundo de las finanzas a partir de necesidades y problemáticas identificadas en conjunto.  

Sobre Alianza EFI 

Este artículo hace parte del equipo de comunicación y divulgación científica del proyecto ‘Inclusión productiva y social: programas y políticas para la promoción de una economía formal – Alianza EFI’, el cual busca diagnosticar, examinar e intervenir factores y barreras que afectan la inclusión social y productiva de los agentes económicos.  

Las instituciones y organizaciones que hacen parte de la Alianza EFI son: Universidad del Rosario, Universidad de Antioquia, Universidad del Valle, Universidad del Quindío, Universidad Autónoma Latinoamericana, Corporación Universitaria Minuto de Dios UNIMINUTO, Universidad de Ibagué, University of Oxford, Universitá Degli Studi Di Milano-Bicocca, Paris School of Economics, University of Pennsylvania, University of Illinois at Chicago, Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, Asocajas, Asobancaria, Camacol, Fundación Avina, Fundación Capital y la Asociación de Mujeres Afrodescendientes del Norte del Cauca ASOM. 

Para conocer más sobre la Alianza EFI visite la página web: www.alianzaefi.com 

| Nota del editor *

Si usted tiene algo para decir sobre esta publicación, escriba un correo a: radio@uniminuto.edu

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