Por: Karen Perez y Malory Andrea Ochoa
Está claro que el amparo contra las contingencias derivadas de la vejez, la invalidez o la muerte están a cargo del Sistema General de Pensiones aprobado por la ley colombiana, donde su objetivo es garantizar y mejorar las condiciones de vida de los habitantes.
Al pasar los años se involucraron proyectos de ley que intentaban evaluar progresos y cobertura en las pensiones. Sin embargo, aparece un fenómeno llamado “reforma pensional” que nace bajo la Ley 100 de 1993 que integra el conjunto de entidades públicas y privadas, generando así regímenes establecidos como el Sistema General de Seguridad Social, que a medida que se va introduciendo en Colombia se pronuncia como un obstáculo en los ciudadanos para poder acceder a servicios de salud, pensión o cobertura de riesgos profesionales.
Hoy en día los asuntos pensionales se atienden por medio de entidades financieras como propuesta de servicio y valor para la sostenibilidad del sistema a largo plazo, teniendo en cuenta requisitos como semanas cotizadas, edad requerida para recibir su mesada, aval del 75% sobre el salario promedio devengado en el último año, entre otras que se mantienen en diálogos del gobierno colombiano y los partidos políticos.
Según el censo realizado por el DANE hay 6.808.641 personas mayores de 60 años que, según cifras reveladas por Colpensiones, hay un total de 1.3 millones de personas pensionadas en nuestro país, teniendo en cuenta que la única manera de recibir una pensión no es llegar a la vejez, ya que existen otros factores como la invalidez y sobrevivencia.
En un análisis hecho por Fasecolda, en los últimos 6 años, 600 mil colombianos no lograron acceder a su pensión, solo 389 mil lograron acceder a ella, lo que significa solamente un 37% de la población. También revelaron que en total hay 21,8 millones de personas afiliadas al sistema, pero un 47,8% cotiza sobre el salario mínimo, un 25,6% lo hace por un monto que oscila entre uno y dos salarios mínimos, mientras que un 10% con una base de 3 a 4 salarios. Esto quiere decir que realmente se convierte en un privilegio lograr pensionarse en Colombia, pero solo la minoría logra una vejez digna sin preocupaciones.
Mabel Garrido tiene 62 años, actualmente trabaja realizando aseo en diferentes casas para cubrir sus gastos mensuales, Mabel narra que trabaja desde que tenía 16 años de edad y ha pasado por diferentes labores a lo largo de su vida como modista, cocinera en diferentes colegios, secretaria de empresas pequeñas, arreglando casas y también ha tenido diferentes negocios en su casa como una miscelánea y venta de buñuelos.
Cuando tenía 25 años consiguió su primer trabajo que la afilió al Sistema de Seguridad Social y allí cotizaba sus semanas al fondo de Pensiones Colpensiones y cada que ingresaba a un trabajo formal aportaba a este fondo, sin embargo, en el 2016 cuando cumplió la suficiente edad para pensionarse (57 años) no había posibilidad que pudiera acceder a una pensión.
“Desde que cumplí 50 años ya sabía que no iba poder tener pensión, porque la otra opción era conseguir un trabajo formal por 15 años y ya nadie contrata a señoras de 50”
cuenta Mabel Garrido
La razón por la que no pudo pensionarse fue porque los requisitos para poder acceder a ella son 1500 semanas cotizadas, sin embargo, Mabel en ese momento solo tenía 677 semanas cotizadas. Colpensiones le daba la opción de seguir hasta completar las semanas requeridas o probar que no puede seguir trabajando para recibir una indemnización por el tiempo cotizado, teniendo en cuenta la edad, Mabel decidió hacer el proceso para recibir la indemnización para cubrir deudas pendientes que logró obtener año y medio después de haber realizado el proceso.
Sin embargo, para seguir cubriendo sus propios gastos se ve obligada a trabajar en lo que pueda conseguir, ella asegura que a su edad es muy difícil conseguir trabajo -”Yo trabajo en lo que me salga y con ayuda de mis hijos puedo pagar las cosas de la casa”-.
Como Mabel son muchos los colombianos que al cumplir la edad requerida no pueden acceder a su pensión quedando desprotegidos económicamente para una vejez digna, por esta razón muchos optan por afiliarse a un fondo privado para tener la seguridad de al menos recibir sus ahorros. Se evalúa para el próximo año aprobar una reforma pensional donde se tenga en cuenta la cantidad de personas que no se pensionan y las condiciones de los pensionados.