Las leyendas de la actuación Glenda Jackson y Michael Caine, regresan a la pantalla grande para protagonizar El último escape, la última película de sus sobresalientes carreras.
Una cinta llena de bellísima simpleza, con una historia tan espectacular como la actuación de sus protagonistas, que lleva al espectador a un viaje por el perdón, la compasión y el autoconocimiento del alma que en ocasiones se marchita un poco en el viaje.
En el verano de 2014, Bernard Jordan (Michael Caine), un veterano de la Segunda Guerra Mundial de 89 años se escapa de la residencia donde vive junto a su mujer Rene (Glenda Jackson) para unirse a sus compañeros veteranos de guerra en una playa de Normandía, para conmemorar a sus compañeros caídos en el 70 aniversario del Desembarco del Día D.
El director británico Oliver Parker le imprime a la película un ritmo pausado, pero vibrante, que introduce a sus dos personajes principales desde su relación y cómo esta transformó sus vidas como el punto de partida, pero sin caer en excesos de emotividad ni dejando la historia solo allí.
El último escape logra entrelazar de manera inteligente la emocionalidad de suspersonajes, delinear una historia con mensajes potentes y formular cuestionamientos sobre cómo el tiempo puede hacernos envejecer, pero no nuestros recuerdos, y mucho menos nuestras culpas cuando las llevamos toda una vida.
La maravillosa Glenda Jackson ofrece un personaje entrañable que, por medio de su fino humor inglés negro, lleno de sabiduría que parece salido de una vida llevada con atención y detalle, le obsequia al espectador un personaje que se queda en la memoria con un buen sueño, al que se abraza cada vez que busca algo que se le
escapa como el tiempo.
El mítico Michael Caine entrega un personaje que, con su lento andar, va encontrando su redención en su escape, topándose con cuestionamientos profundos que no solo se limitan a él sino a cualquier persona que alguna vez haya buscado el perdón para sí mismo, que se encontró con un camino más difícil de lo que pensaba.
La película se nutre de los planos abiertos y rápidamente contemplativos a cargo del director de fotografía Christopher Ross y la conmovedora música de Craig Armstrong, llevando la historia a escenas tan conmovedoras como emocionantes, repletas de historia y de esperanza por el ser humano, así se encuentre en sus más oscuros momentos.
Parker sabe llevar los momentos sin saturarlos y sin poner a sus personajes en lugares comunes con otras cintas de su filmografía, logrando ese ritmo pausado, pero continuo, que le permite al espectador percibir una profunda tristeza sin quedarse en ciertos momentos, que, como la vida, continúan.
El último escape es conmovedora, porque propone reflexiones sobre la vejez, el perdón y cómo cada momento de nuestras vidas nos cambia de alguna manera; también propone dónde ponemos nuestros recuerdos, y qué hacemos con ellos.
El personaje de Rene propone que los momentos son eternos para cada uno y siempre es mejor arriesgarse a vivir, que esperar encontrar el mejor momento de escapar, con un papel maravilloso de parte de la actriz británica Glenda Jackson, que falleció el 15 de junio de 2023.
Una de las mejores películas que he visto en mucho tiempo: que la disfrute.