Este año son pocas las películas que logran mantener un ritmo con respecto a sus historias para lograr convencer a un público de lo que está viendo y que salga satisfecho de la sala de cine. Son muchas las películas de seres humanos luchando para mantenerse vivos cuando se encuentran con la naturaleza, y este año tampoco ha sido la acepción.
En el último semestre se estrenaron títulos como Ascenso al límite (2023) que fuera de sus grandes paisajes, no entregó mayor cosa de parte de la historia y de sus personajes. Es por eso que cintas como Sin Aire dirigida por el alemán Maximilian Erlenwein, puede parecer genérica, pero entrega cosas interesantes en su reducida producción.
La película cuenta la historia de dos hermanas que van a bucear a un lugar lejano en la isla de Malta. En su inmersión se comienzan a crear tramas desde sus vidas personales que se van entrelazando en una especie de catarsis dentro del agua.
Luego de un desafortunado incidente, una de ellas corre gran peligro al ser golpeada por una roca que la deja atrapada 28 metros bajo el mar. Con niveles peligrosamente bajos de oxígeno y temperaturas heladas, dependerá de su hermana para sobrevivir.
Se han visto numerosas películas con esta temática, pero Sin Aire logra construir de a poco una buena tensión alrededor de lo que cualquier espectador sabe que va a pasar.
Uno de los logros de la película es mantener la tensión desde la particularidad de cada personaje y sus personalidades, que también entregan un poco de humor que suma al conflicto psicológico de las dos hermanas.
Los acontecimientos y las revelaciones producen un ritmo que va subiendo y que concluye de buena manera. Una película con hermosas imágenes submarinas que pueden recrear cómo una persona nace, ya sea dentro de sus pensamientos o desde sus recuerdos.
Es interesante ver cómo en momentos extremos las relaciones humanas florecen de maneras insospechadas, que pueden recrear reacciones que difícilmente se pueden calcular.
Sin Aire recuerda sobre la fragilidad de la vida y cómo las emisiones humanas pueden ser tan maravillosas y compasivas como oscuras y egoístas.
Una película que con poco más de hora y media de duración, que de ninguna manera se excede, logra captar la atención del espectador y sumergirlo en el fascinante y enorme mar que rodea nuestro mundo. Aguante la respiración y disfrute.
