Por: Gina Valeria Sierra López
Estudiante: Comunicación Social
El feminismo, la lucha interminable, se desarrolló con la batalla de muchas que marcaron la historia, para que se sostenga y no se olvide, se habla de la libertad de la mujer, sus derechos, las cadenas que las atan a quienes las consideran inferiores. Este en los últimos años ha tenido mucho protagonismo, debido a las distintas polémicas que ha causado, el direccionamiento que ha tomado, la desinformación del tema y la amplia exposición errada del mismo.
La lucha empezó por la búsqueda del reconocimiento de los derechos e igualdad, muchas se posicionaron firmemente ante la sociedad, pese a lo peligroso que pudiera ser, con su ejemplo, valentía y coraje marcaron el inicio de lo que hoy gozan las mujeres, filósofas, escritoras, políticas, hoy pueden ser lo que quieran, si logran enfrentar el mal y el desprecio de otros.
Sin embargo, toda la historia parece irse borrando, quedando en un rincón de la conciencia cuando se intenta relacionar el feminismo de antes con lo que es ahora, mientras muchos indican “las luchas feministas de hoy son caprichos de las mujeres” con ello, ¿estamos en regresiva? “antes sí tenían algo por lo cual enfrentarse”, expresan, claro es que, la lucha por el derecho al voto, el acceso a la educación, marcaron un inicio significativo para las mujeres, pero todo continua, hoy las mujeres no están ridiculizando esto.
Cuando una mujer lleva su cuerpo con vellos, porque se siente libre de exteriorizar lo que es y como es, ¿Qué refleja? se generaliza la idea de lo asqueroso, poco aseado, ¿por qué tiene tanta relevancia temas de este tipo?, ¿por qué la constante necesidad de ver a la mujeres envueltas en cuestiones inferiores?
No es ridículo opinar sobre las mujeres, pero sí lo es que estas mismas se muestren de determinada manera que no pueda gustar a otros ¿acaso no es controversial la mirada que se tiene de ambos puntos? entonces,resulta problemática la caracterización de las luchas anteriores con las de ahora, pero se olvida la perspectiva que como individuos tenemos de la realidad que aún viven las mujeres; vestir de
determinada forma tiene consecuencias, ser de algún modo tiene consecuencias, el todo y para todo de las mujeres es un complejo conflicto.
El movimiento sufragista XlX luchó con todos sus medios para conseguir el derecho al voto, incendios, huelgas de hambre, ataques contra ferrocarriles, lo hicieron esas mismas feministas pacíficas, encabezando luchas importantes. Emmeline Pankhurst, activista política británica y fundadora de la Unión Social y Política de Mujeres, con su grupo sostenían tácticas violentas para ser escuchadas, logrando objetivos que también tuvieron impacto en el cuestionamiento del orden social, cultural, económico y moral de aquella época.“Hoy pueden ser lo que
quieran, si logran enfrentar el mal y el menosprecio de otros”
Las feministas de antes también pintaban paredes, protestaban en las calles, fueron detenidas por alterar el orden público, incendiaron establecimientos del Gobierno y del Parlamento.
“Si conceptualizamos mal, politizamos mal” menciona Celia Amorós, es cierto que muchos derechos se han conquistado constitucionalmente, sin embargo, su ejercicio no es una práctica garantizada para las mujeres, entonces hace falta consciencia para reconocer que la realidad de las mujeres no es un mero capricho por intentar sentirse superiores en banalidades de la vida cotidiana, recuerde que la acción se cargó de sangre y doblegación.
¿Cuántas hoy por intentar escapar de la violencia es sus hogares, alzaron su voz y terminaron muertas?, ¿cuántos cuerpos descuartizados se han encontrado en los últimos años?, se cree que con el derecho al voto la lucha feminista está concluida y no es necesaria, pero hablan por sí solas las situaciones que siguen viviendo miles de mujeres.
Conflictos inútiles, las tildan de feminazis, grotescas, necias e impuras, se olvida que el micromachismo es tras bambalinas machismo, por lo tanto, la lucha debe persistir, hasta que la vida de todas y el derecho a ser libres sea una realidad definitiva.
Por: Gina Valeria Sierra López
Estudiante: Comunicación Social