La diversidad de ecosistemas del Valle del Cauca lo hacen una región rica en recursos naturales, potencia turística y fuente de inspiración para la vida.
Por: Claudia Maya – Uniminuto Buga
Edición: Santiago Vélez Libreros.
Para nadie es un secreto que nuestro Valle del Cauca cuenta con una ubicación geográfica maravillosa, que lo ha posicionado en un lugar importante en cuanto a la diversidad de aves, flora y fauna; además de contar con recursos hídricos sumamente importantes.

Bueno, ahora sí entremos en materia. Uno de los tantos atractivos de nuestra región es el Parque Natural Nacional Páramo de las Hermosas, un lugar de ensueño ubicado en la cordillera Central, cuya extensión cubre parte de los departamentos del Valle del Cauca y Tolima. Este era mi sueño, ir a conocer un templo natural del que me habían hablado mucho y cuando lo veía en fotos era simplemente ¡maravilloso!
El recorrido lo iniciamos a las 7:00 a.m., un poco tarde, la verdad, para la distancia que debíamos recorrer, en una vereda llamada Combia, municipio de Palmira. Emprendimos camino con nuestros guías baquianos, todo hasta el momento era genial: los montes por donde tuvimos que pasar, el río y todo el paisaje hacían juego con mi cara de felicidad, porque por fin iba a conocer el Páramo.
El recorrido lo hacíamos en caballo, hasta donde se podía por lo complejo del camino y,
en otros tramos, caminábamos y aprovechábamos para tomarnos fotos. Llegando a una peña llamada Peña Lisa, tuvimos que caminar alrededor de una hora porque, como su nombre lo indica, es una peña por la que los caballos y personas deben subir sobre rocas lisas; a esa parte la llamé extrema, ¡extrema! Terminando esta pendiente montañosa, nos encontramos con el inicio del Páramo. Se comienza a divisar un paisaje diferente al que hasta ahora había visto, de repente hay una brisa fresca; de lejos alcanzo a ver unos hermosos frailejones que, cabe aclarar, jamás en mi vida había visto, aún conociendo la importancia de estos en el cuidado y mejoramiento del ecosistema.
Yo estaba deslumbrada por estos ejemplares, de unos 80 cm de altos, “lanuditos” y adornando como un jardín a todo el Páramo. Pasados 40 minutos, pude apreciar algo hermoso, una laguna divina llamada la Laguna Negra, brillante y majestuosa en su gran extensión como un gran espejo de agua que reflejaba en ella los picos del Páramo Las Hermosas. En ese momento vi el sueño de conocer el páramo hecho realidad y más que eso, el por qué debemos proteger nuestros ecosistemas; por un lado, su belleza paisajística y de otro lado, y el más importante, porque son ecosistemas vitales para mantener los ciclos del agua, permiten la transformación de la neblina en recurso hídrico que, a su vez, genera el nacimiento de lagos, ríos, y embalses.
Somos afortunados de la biodiversidad que tenemos, nuestro deber es cuidarla.