La dopamina es un neurotransmisor que se libera en el cerebro al sentir placer, es la encargada de regular la motivación y el deseo, lo cual produce que los humanos repitan conductas. Esa sustancia se genera al interactuar continuamente con el celular, al menos así lo han indicado algunos estudios sobre el tema.
La profesora del programa Psicología de UNIMINUTO Bogotá Calle 80, Elsy Cantor, afirma que “se ha comprobado que el uso del celular genera los mismos efectos que produce una sustancia alcohólica o depresora (como la heroína), el celular hace que el cerebro desarrolle una sinapsis que da placer al momento de estar frente a una pantalla, generando una dependencia al mirar el celular cada rato para seguir sintiendo ese placer”.
El peligro para los menores
La profesional recalca el peligro que corren los niños al usar aparatos electrónicos ya que estos generan un cuadro de agresividad, abstinencia, dependencia y frustración al momento de no tener un celular. Para el psicólogo Richard Latorre, entre menos edad tenga un niño, más complicado le será lidiar con esta dependencia a futuro.
Una investigación desarrollada por la Universidad de Chicago, titulada: Brain Drain: The Mere Presence of One’s Own Smartphone Reduces Available Cognitive Capacity (Fuga de Cerebros: La mera presencia de nuestros celulares reduce la disponibilidad de capacidad cognitiva), asegura que “los teléfonos móviles interfieren con nuestro sueño, autoestima, relaciones, memoria, capacidad de retención, creatividad y productividad, así como habilidades para resolver problemas y tomar decisiones”.
Los académicos indican en el resumen de su indagación, que realizaron dos experimentos con los que confirmaron que “incluso cuando las personas logran mantener una atención sostenida, como cuando evitan la tentación de revisar sus teléfonos, la mera presencia de estos dispositivos reduce la capacidad cognitiva disponible”.
Por último Cantor le recuerda a este medio que el error de padre y madre es creer que con un dispositivo se calma a un niño o sentir orgullo cuando empiezan a manejar el celular mejor que cualquiera de ellos; según la profesora, la edad correcta para darle un celular a un menor es a los 13 o 14 años no a los 2 o 3; sin embargo advierte también que “no se trata de alejarlos de la tecnología porque ellos ya vienen con el chip, solo hay que saberlos orientar”.