Por: Daniela Méndez Zamudio, INTEGRANTE DEL Semillero en Música y Comunicación Soundterra de UNIMINUTO Bogotá.
El evento estaba programado para iniciar a las 12 del mediodía, sin embargo, como debieron suponer los organizadores, a esa hora muy poca gente estaba en la plaza, y más aún cuando Doomsday Clock abrió a la 1pm. Sin embargo, poco a poco se fue acercando el público y no faltaron los tres o cuatro entusiastas que poguearon de principio a fin y alentaron a los demás para formar lo que más tarde fue una ola de personas empujándose al ritmo de la música.
Como siempre, en los eventos de este género, la crítica social no faltó, principalmente por parte de KOMA, cuyo vocalista, sin tapujos, aprovechó el espacio para impulsar la participación ciudadana y reclamarle a la Alcaldía Local por los presupuestos que se habían ganado los habitantes de la localidad por concepto de convocatorias, y de los que no se les ha dado respuesta.
Estimular el sentido de pertenencia hacia el territorio es un objetivo que se puede tachar de la lista de Hyntiba, y quedó bastante claro cuando a gritos en el público le pedían, precisamente a KOMA, que cantaran Fontibón.
Las agrupaciones que se presentaron demostraron que saben ofrecer grandes shows, aunque sea en espacios generalmente considerados como pequeños. Fue el caso de Implosion Brain, quienes cantaron con fuego e incluso bajaron del escenario para tocar entre el pogo; o de la agrupación Alto Grado, quienes mediante ritmos de Reggae y Ska llenaron de energía al público que bailaba bajo la lluvia.
Nepentes se presentó finalmente con un show lleno de colores con la Plaza Fundacional repleta, con un cierre que les ofreció a los artistas “del barrio” la visibilidad que se merecen.