Bogotá es una ciudad donde se generan oportunidades, y aunque muy pocos lo crean, Miguel Arévalo lo ha comprobado ampliamente. Músico chileno que llegó a la capital hace un par de años, y decidió quedarse para hacer parte de algunos proyectos musicales, uno de ellos “Los Patos Galácticos”.
Sus ritmos, melodías y letras de sus canciones, hacen parte de una puesta en escena donde cada presentación está llena de energía. Constituidos hace dos años, “Los Patos Galácticos”, agrupación conformada por cinco integrantes (todos músicos de escuela) se dedican a interpretar, lo que usualmente se llama en la escena musical Ska Fusión. Esto es lo que los diferencia de cualquier otra banda musical.
Para esta nueva transmisión de los Live Sessions, estuvo presente la agrupación, con el fin de poder hablar de este nuevo fenómeno musical.
“A cada integrante de la banda le gusta un género musical diferente, entonces, por medio del Ska, vimos la posibilidad de hacer algo compacto y agradable al oído” Indica Miguel Arévalo, vocalista y trompetista de la banda.
El Ska Fusión es considerado por la industria musical, como un formato que combina melodías, armonías y ritmos como reggae, jazz, rock, blues, salsa y cumbia, para sacar de ella, una explosión artística única en su esencia.
Sobre esto, Lewis Torres- guitarrista- dice en los Live Sessions que “Desde la creación del grupo fusionamos armonías anglosajonas con ritmos folclóricos de toda Latino américa. Nos gusta cantarle a la vida, a la tierra, al amor y sobre todo a distintos conflictos sociales”.
“Los Patos Galácticos” nacen de la necesidad de hacer en la vida lo que auno le apasiona”, agrega.
Son, sin lugar a dudas, una banda que interpreta música alegre, capaz de llevar a los espectadores a un viaje cósmico por “los ritmos ancestrales del planeta”, como ellos bien lo mencionan. En estos dos años de producción y trabajo musical, han dedicado cada experiencia a explorar diferentes ritmos por la aspiración de crear sonidos propios y originales que los identifiquen.
Canciones como ‘Lacumbia del ñero’, ‘Agüita de panela’ y ‘Haciéndome el otro’, son claves para comprender la fusión que realiza la banda, desde la escena misma del ska, con la cumbia y pasajes sonoros latinos. Demuestran que fuera de los estigmas sociales, los músicos son artistas por amor.