Escrito por: Sebastián Camacho
Los grandes viajes han estado presentes desde el mismo nacimiento del cine, cuando en el siglo XIX los Lumiere y otros cinematógrafos de Europa enviaban a sus reporteros a grabar las cosas más exóticas y extrañas de cada continente. El hacer cine implica ya una aventura, un camino inexplorado y sorpresivo.
Es por esto, que nos propusimos mencionar algunas cintas de viajes memorables, como Out of Africa (1985) o Memorias de África, protagonizada por la estelar Meryl Streep, donde se narran las experiencias de una mujer danesa en los tiempos de la colonia británica en Kenia o Into the wild (2007), que cuenta la, emocionante y al tiempo trágica, historia del joven aventurero estadounidense Christopher McCandless, quien abandonó todas sus posesiones para embarcarse en una travesía hacia Alaska, lugar donde encontraría la muerte, pero cuyo viaje lo haría reencontrarse con su sentido de vida.
En otros tiempos y otros lugares, Mauricio Vidal, cineasta colombiano, también se lanzaría con decisión a la aventura. Héctor Mora, periodista recordado por su mítico programa de viajes El mundo al vuelo, lo invitaría a sus recorridos por sitios como las Cataratas del Niágara, la Isla de Pascua o la Berlín de la reunificación. Cuenta que algunos de los viajes eran cuidadosamente planificados con días y horas, mientras que en otros “simplemente rentábamos un carro, mapa en mano y ¡vámonos!”.
Afirma que la mejor manera de filmar y viajar con éxito es la planeación y adaptabilidad del cinematógrafo. Tener la conciencia de que la intención del viaje no es el disfrute y la relajación, sino el aprovechar las condiciones naturales de los escenarios para capturar cada instante valioso. Y, tal vez, en eso consista el verdadero placer del cineasta; en ser el mejor testigo de su tiempo. Pero Mauricio también ha viajado solo con la intención de ‘desconectarse’ del mundo. Nos cuenta que recorrió Latinoamérica de Norte a Sur con su pareja y toda Colombia con su familia.
Mauricio ha trabajado con grandes directores de cine como Libia Stella Gómez y actores como Damián Alcázar, y a pesar de su extenso recorrido afirma que: “Hay escenas que he filmado que me movieron las tripas igual que a los espectadores”, esto es muestra de que el cine como los viajes nunca dejan de sorprender y reavivar la llama de las emociones.