Por: Lorena López
La autorregulación del aprendizaje es un recurso con el que cuenta un individuo para monitorear y regular su proceso de aprendizaje. Eso incluye su capacidad para trazarse metas y planificar la manera en que van a lograrse.
Muchos factores influyen en la autorregulación del aprendizaje, la cual se forma desde los primeros años de vida. El entorno familiar juega un rol fundamental al formar, afianzar o debilitar la formación de buenos o malos hábitos de estudio.
“La autorregulación del aprendizaje es indispensable tanto para el entorno académico como para la vida”, afirmó la docente de UNIMINUTO Tany Fernández. “Si lo enfocamos solo en lo académico, no lograremos concentrarnos, atender a las tareas de clase o comprender lo que leemos sin autorregulación”.
La autorregulación de estudiantes, maestros y padres de familia
Un grupo de estudiantes de la Maestría en Educación Virtual de UNIMINUTO se preguntaron si la manera en que los profesores dictan sus clases influye en sus alumnos, haciendo que ellos se hagan más o menos responsables de sus procesos de aprendizaje.
Para descubrirlo, sumaron a 137 personas al estudio; noventa y nueve estudiantes, veinticuatro docentes y 23 padres de familia que viven en distintas zonas de Colombia.
A todos ellos se les preguntó previamente qué conocían sobre la regulación del aprendizaje. Además, se observaron las prácticas educativas que se fomentaban en las aulas de clase, el entorno familiar, y la importancia que los participantes le dan a la motivación y al trabajo en equipo.
El proyecto de investigación mostró que la idea que cada quien tiene sobre la autorregulación del aprendizaje depende del nivel de escolaridad de cada participante. El acompañamiento del docente, así como la orientación y el apoyo que les brindan a sus estudiantes, les permite alcanzar sus logros académicos.
Los investigadores afirman que la práctica docente fomenta en los estudiantes la autonomía y autocontrol a la hora de aprender. Esto se logra articulando la educación con juegos, la creatividad, el trabajo en grupo y la capacidad de reflexionar sobre los procesos de pensamiento.
Sin embargo, al analizar los resultados de su investigación, descubrieron que muchos profesores, sin importar su nivel académico o su experiencia, son resistentes a cambiar sus propias metodologías para lograr la autorregulación de sus estudiantes.
“Eso sucede porque ellos mismos no tienen sus propias herramientas de autorregulación”, aseguró Fernández. “Es decir, los mismos profesores no tienen autorregulación del aprendizaje. Así les será muy difícil formar en autorregulación del aprendizaje a sus estudiantes”.
Este resultado no varió de manera significativa al tener en cuenta variables como el lugar en donde trabajan esos docentes, o el grado escolar en el que dan sus clases.
Los investigadores también encontraron que si los padres no son ordenados, o si no demuestran en casa que son capaces de autorregularse, no pueden enseñarle a sus hijos esas capacidades.
Según Fernández, esta investigación continuará enfocándose en averiguar si el desarrollo de la autorregulación del aprendizaje cambia cuando los profesores se encuentran en contextos urbanos o rurales. “También surgen ideas de investigación en torno a evaluar y profundizar en la experiencia vivida de los propios profesores sobre su propia autorregulación del aprendizaje”, afirmó.
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