Por: Miguel Cañón
Las economías de diferentes sectores se han visto afectadas por el aislamiento preventivo, tal y como es el caso del sector religioso, el cual depende económicamente de sus actividades, celebraciones, retiros espirituales, además de los aportes que la gente ofrenda generosamente, y es que tal y como lo afirma el padre de la parroquia la Inmaculada Concepción de Cajicá, Gustavo Zamora, los ingresos han caído: “al no tener nuestras celebraciones, al no tener nuestras actividades presenciales habituales. Por supuesto que hemos visto muy disminuidos nuestros ingresos”.
Sin embrago, dichas dificultades no han impedido que el espíritu de la iglesia siga ayudando al prójimo, es así como, por medio de un plan denominado “El pan compartido”, muchos habitantes de Cajicá se acercan a la casa cural con el fin de aportar su granito de arena para aquellas familias en situación de vulnerabilidad del municipio.
“Todas las ayudas que llegan a la iglesia se reparten y se van entregando cada 15 días a esas familias de escasos recursos económicos que están pasando por una situación complicada en esta cuarentena”explica María Luisa Barreto, sacristana de la iglesia hace 4 años quien se encuentra en cabeza del proyecto recolectando y entregando las ayudas en especie brindadas por la comunidad de la iglesia. Estas ayudas se reparten de 2 maneras: en forma de mercado o dinero en efectivo para cubrir con gastos de medicamentos, etc.
Antes de que empezara la cuarentena, la iglesia ayudaba mensualmente a 10 familias con mercados, pero a medida que se prolonga el tiempo de aislamiento preventivo, el número de familias va creciendo y ahora la parroquia está apoyando alrededor de 60 familias en diferentes sectores del municipio.
“En estas situaciones debemos organizarnos para poder realizar una buena acción colectiva, observando y comunicándonos con el Padre Gustavo para hacerle saber si conocemos de familias que estén pasando por esta situación. Es momento de unirnos como comunidad y como parroquia para brindar toda la ayuda que podamos”, señala Claudia Monrroy Pulido, presidenta de la Junta de Acción Comunal del barrio Las Villas.
Actualmente la parroquia cuenta con siete comunidades religiosas: cinco femeninas y dos masculinas que ayudan a las comunidades necesitadas en época de pandemia. Así como las iglesias recurren a la adoración en línea para mantenerse conectadas con sus feligreses, muchas también recurren a las donaciones en línea para solventarse y seguir ayudando a sus comunidades.