Casi la mitad de la superficie de selva tropical talada en el mundo en 2022 se ubica en Brasil para dedicarla a tierras ganaderas, cultivos de soja, minería: durante el gobierno de Jair Bolsonaro. En 2022 fueron casi dos millones de hectáreas.
Durante ese mandato se permitió la deforestación y se recortó el presupuesto de organismos de control de delitos ambientales. Además, se respaldó leyes que favorecen la minería en zonas indígenas, con consecuencias desastrosas.
Ya en el 2015, el 25 por ciento de la pérdida mundial de bosques tropicales primarios se presentaron en Brasil, que presentó un incrementó al 43 por ciento en 2022, según un informe de Global Forest Watch (GFW), publicado por el World Resources Institute (WRI).
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva prometió poner límites a la tala ilegal en la Amazonía hasta 2030. Por ahora el gigante Suramericano sigue encabezando la lista mundial de la pérdida de árboles. Le siguen, de lejos, la República Democrática del Congo y Bolivia. En lo tocante a los bosques tropicales primarios se perdieron en 2022, en total, más de cuatro millones de hectáreas lo que equivale a 11 canchas de fútbol por minuto.
En la actual Crisis Climática mundial esta perdida de bosques tiene consecuencias desastrosas para el planeta, ya que los bosques son sumideros de CO2 y capturan casi el doble de lo que emiten. Los bosques tropicales son los más amenazados y a su vez, los que almacenan más CO2. Al ser destruidos liberan nuevamente gran parte de esta sustancia.
La pérdida de bosques tropicales ocasionó en 2022 emisiones de 2,7 gigatoneladas de CO2, que equivalen a las emisiones de gases de efecto invernadero de la India, el país más poblado del mundo.
En los primero cinco meses de 2023, la tala en la Amazonía brasileña se redujo en un 31 por ciento, en comparación con igual período del año anterior, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE).
Por ahora el actual gobierno ha respaldado al Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (IBAMA) permitiendo que se puedan establecer multas más costosas por delitos ambientales y una acción más firme en la defensa del territorio nacional. Se ha vuelto a limitar las zonas protegidas y territorios indígenas, para proteger el medio ambiente y reconocer los derechos de los pueblos ancestrales de esas regiones.
Fuente: prensa internacional