El pasado viernes 6 de septiembre, la Facultad de Ciencias de la Comunicación de UNIMINUTO y el Centro Internacional de Investigación, Educación y Comunicación (CREC) llevaron a cabo el evento virtual “Ciencias Humanas y el periodismo en la comunicación para la paz en tiempos de Inteligencia Artificial”.
El evento, que contó con la participación de expertos en comunicación, tecnología y ética, ofreció un espacio para reflexionar sobre los beneficios y riesgos de la IA en el periodismo y la comunicación social. Los ponentes subrayaron la importancia de utilizar estas herramientas de manera responsable, sin perder de vista el factor humano.
La jornada comenzó con las palabras de Catalina Alfonso Franco, decana de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de UNIMINUTO, quien dio la bienvenida a los asistentes y explicó el propósito del evento: “Este encuentro busca generar una reflexión sobre el papel de la comunicación en la construcción de una sociedad más plural, democrática y solidaria, especialmente en un momento donde la inteligencia artificial juega un rol tan importante”. Alfonso destacó que, aunque la tecnología ha avanzado a pasos agigantados, es necesario debatir sobre su impacto ético y social.
La primera intervención estuvo a cargo del Dr. José Luis Aguirre, experto en comunicación para el desarrollo y miembro del Consejo Nacional de Ética Periodística de Bolivia. Aguirre centró su presentación en la idea de que, aunque la tecnología ofrece nuevas formas de comunicarnos, no debemos perder de vista la esencia humana de la comunicación.
“La comunicación no es simplemente el intercambio de información, es un proceso de cercanía y encuentro. Sin el contacto humano, no podemos hablar de una comunicación auténtica”, afirmó Aguirre. El experto explicó que, en muchos casos, la tecnología ha reducido la comunicación a un intercambio unidireccional, dejando de lado la bidireccionalidad que es esencial para el diálogo.
“La comunicación no es simplemente el intercambio de información, es un proceso de cercanía y encuentro. Sin el contacto humano, no podemos hablar de una comunicación auténtica”
En su presentación, Aguirre destacó la importancia de la horizontalidad en la comunicación, es decir, la idea de que todas las voces deben tener el mismo peso en una conversación. “No podemos seguir viendo la comunicación como algo vertical, donde unos pocos tienen el control del mensaje. La verdadera comunicación es horizontal, es un proceso donde todos tienen algo que aportar”, añadió. También mencionó que la IA, si bien puede facilitar algunos procesos comunicativos, nunca podrá reemplazar la conexión emocional que caracteriza al diálogo humano.
El Dr. Ari Waldir Ramos, periodista e investigador especializado en tecnología y comunicación, ofreció una perspectiva crítica sobre los desafíos que plantea la IA en el periodismo y la comunicación social. Ramos comenzó su intervención explicando que la IA ha transformado la manera en que consumimos y producimos información, pero también ha generado problemas que debemos abordar.
“La inteligencia artificial está facilitando la difusión de noticias falsas, lo que agrava la polarización y la desconfianza en los medios”, advirtió Ramos. Explicó que los algoritmos utilizados por plataformas digitales y redes sociales están diseñados para maximizar el tiempo de atención de los usuarios, lo que a menudo resulta en la promoción de contenido sensacionalista o desinformativo. Esto, según él, tiene un impacto directo en la cohesión social, ya que fomenta la división y dificulta el diálogo.
“La inteligencia artificial está facilitando la difusión de noticias falsas, lo que agrava la polarización y la desconfianza en los medios”
Ramos también subrayó la importancia de regular el uso de la IA para evitar que se convierta en una herramienta de manipulación. “La IA tiene un enorme potencial, pero debemos asegurarnos de que se utilice de manera ética. No podemos permitir que la tecnología tome decisiones que afectan a la sociedad sin un marco de regulación claro”, afirmó. Asimismo, destacó la necesidad de educar a la población sobre los riesgos de la desinformación y la importancia del pensamiento crítico en un mundo cada vez más digital.
En un momento impactante de su intervención, Ramos utilizó una analogía para explicar la diferencia entre el conocimiento y la experiencia humana: “La IA puede decirnos cuántos frescos hay en la Capilla Sixtina y de qué colores están pintados, pero nunca podrá decirnos qué se siente estar bajo esos frescos con la persona que amas”. Con esta reflexión, Ramos invitó a los asistentes a no perder de vista la dimensión humana de la experiencia, que es irreemplazable por la tecnología.
La intervención del Dr. Andrea Micozzi, físico y filósofo, estuvo enfocada en los límites de la inteligencia artificial y en las preguntas éticas que plantea su uso en la sociedad actual. Micozzi comenzó planteando una pregunta que guió gran parte de su presentación: “¿Puede la inteligencia artificial pensar como un ser humano?”. Según Micozzi, la respuesta es más compleja de lo que parece.
Explicó que, aunque la IA puede procesar grandes cantidades de datos y realizar tareas que antes solo los seres humanos podían hacer, como redactar textos o analizar imágenes, carece de conciencia y emociones. “La IA no tiene la capacidad de reflexionar sobre sus acciones, ni de sentir empatía o compasión. Lo que hace es imitar ciertos aspectos del pensamiento humano, pero no es lo mismo que tener una mente consciente”, aclaró.
Micozzi también hizo un llamado a la cautela frente a las expectativas exageradas sobre la IA, señalando que muchas de las predicciones sobre el futuro de estas tecnologías provienen de la ciencia ficción y no de la realidad científica. “Es importante que entendamos lo que la IA puede y no puede hacer. No debemos caer en la trampa de creer que algún día las máquinas tendrán emociones o conciencia, porque eso no está en el horizonte”, afirmó.
“Es importante que entendamos lo que la IA puede y no puede hacer. No debemos caer en la trampa de creer que algún día las máquinas tendrán emociones o conciencia, porque eso no está en el horizonte”
En su conclusión, Micozzi destacó la necesidad de un enfoque equilibrado: “La inteligencia artificial tiene un gran potencial para mejorar nuestras vidas, pero debemos ser conscientes de sus límites y asegurarnos de que no perdemos nuestra humanidad en el proceso”. Según él, la clave está en utilizar la IA como una herramienta, sin dejar que sustituya aspectos fundamentales de la experiencia humana, como la creatividad, el amor y el sentido del humor.
El evento concluyó con un llamado a los asistentes a reflexionar sobre el impacto de la IA en sus vidas y a no perder de vista la importancia del contacto humano.
El encuentro dejó claro que, aunque la inteligencia artificial está transformando el mundo de la comunicación y el periodismo, la esencia humana —nuestras emociones, valores y capacidad de reflexión— sigue siendo irremplazable. Los expertos coincidieron en que es fundamental educar a las nuevas generaciones sobre el uso responsable de estas tecnologías y fomentar un pensamiento crítico que permita convivir con la IA sin perder nuestra humanidad.