Por: Daniel Rojas Chía
Este año el cine colombiano continúa alcanzando logros sin precedentes en los festivales más importantes del mundo. La nueva película del director Andrés Ramírez Pulido, ganó el Gran Premio de la Semana de la Crítica, sección paralela del Festival Cannes, con la película La Jauría, sección expresamente dedicada al reconocimiento de los nuevos talentos de producción alrededor del mundo.
La cinta cuenta la historia de un centro de rehabilitación experimental ubicado en medio de la selva, donde Eliú paga una sentencia por asesinato. La trama comienza a cambiar cuando su amigo y cómplice es trasladado al mismo lugar. En este centro los jóvenes deberán reconstruir su crimen y enfrentar un pasado del que Eliú quiere alejarse. En medio de terapias y trabajos forzados, Eliú se enfrentará a la oscuridad de la naturaleza humana y tratará de escapar de la suya antes de que sea demasiado tarde.
La Jauría es una de esas cintas del nuevo cine colombiano que impulsa una consciente transformación desde la construcción de las historias, con la presencia de actores naturales. Es casi como si cada persona nacida en Colombia estuviera permeada por ese manto de violencia que la tierra ha atestiguado durante décadas.
Desde el comienzo, la cinta propone una serie de cuestionamientos que no sólo señalan a sus protagonistas sino al mismo espectador a manera de reflexión. Además de los personajes que reflejan las consecuencias de la violencia en varios aspectos, la película propone una reflexión sobre las consecuencias de sus acciones y sus constantes luchas por escapar de un pasado maldito que contamina todo lo demás.
Construcciones visuales que evocan emociones de arrepentimiento, desolación y hasta la del suicidio, que termina sofocando a uno de sus personajes, que culminan dramáticamente con el peso de las culpas que nunca envejecen. Esa idea se desarrolla constantemente en la cinta, más cuando le propone al espectador el debate sobre la violencia heredada entre padres e hijos, y todos los factores que han marcado a la sociedad colombiana en este sentido.
De ese retrato de los jóvenes nos habla el director de la película, Andrés Ramírez Pulido en la entrevista que le concedió a Datéate, y que puede escuchar al final de la crítica.
La Jauría es sin duda, una de las mejores propuestas del año porque asume el riesgo de adentrarse en narrativas poco vistas en el cine colombiano, porque construye simbolismos mediante elaborados planos, acompañados de destacadas actuaciones, que se acoplan a la historia sin caer en improvisaciones.
Vale la pena anotar que el lenguaje audiovisual de esta película es la demostración de la creciente calidad del cine colombiano, porque cuenta con planos bellamente siniestros que sugieren una interesante tensión para la aparente conclusión de la historia, puesto que quien debe resolverla es el espectador.
La Jauría es una experiencia sensorial y audiovisual que revalida el cine nacional y sigue labrando prometedores caminos en la búsqueda de buenas historias que no olviden nuestra realidad.
Escuche la entrevista completa con el director de cine colombiano Andrés Ramírez Pulido a continuación.