Desde hace 44 años, la Ópera de Colombia ha representado 47 obras en 840 funciones reconocidas tanto a nivel nacional como internacional, pero esto no fue fácil, porque durante su trayectoria la ópera ha tenido que ser resiliente frente a las crisis económicas, obstáculos logísticos durante sus desplazamientos y la poca importancia que le daba el Estado al proyecto cultural de la desaparecida gestora Gloria Zea.
Zea estaba convencida de que la clave para mantener viva la ópera estaba generar un interés en el público, especialmente entre la juventud, por lo que promovió proyectos de formación a cantantes que posteriormente desarrollaron su carrera como solistas en otros países. Hoy en día, las universidades y otras instituciones promueven espacios de canto, que permiten generar alianzas entre instituciones culturales para crear producciones propias.
A pesar de esto, nuevamente, la ópera se enfrenta a un nuevo reto y es el de preservar a la industria operística nacional y los demás sectores culturales que se han visto afectados desde que empezó la pandemia de la COVID-19.
Es por esto, que la Ópera de Colombia junto con la Fundación Arteria, crearon el evento Por una ópera viva, el cual se realizará entre el 21 y el 29 de septiembre, donde las personas podrán comprar obras realizadas por más de 60 artistas para contribuir económicamente a la financiación de las actividades propuestas para la temporada de Ópera anual.
“Con esta iniciativa se busca recaudar fondos para continuar con los proyectos líricos de la Ópera de Colombia desde la virtualidad, al tiempo que apoya a los artistas plásticos y visuales colombianos contemporáneos en tiempos de aislamiento” afirma la fundación.
Por las medidas de confinamiento impuestas en marzo, los teatros tuvieron que cerrar indefinidamente, pero esto generó que las demás compañías culturales entraran en una crisis económica a la cual no todas sobrevivieron, sin embargo, algunas organizaciones crearon nuevas estrategias para llevar la ópera a los escenarios virtuales, y así obtener ganancias y mostrar el arte sin exponer a la población.
“Creo que estos meses de pandemia nos han hecho mucho más virtuales que antes y quienes tenemos la responsabilidad de estas casas tenemos que pensar ya inevitablemente que también ese acto presencial lo tenemos que multiplicar a través de la tecnología” afirmó el dirigente cultural Ramiro Osorio.