Por: Nicolás Niño Maldonado
Parte 1/4: Infancia y Niñez
“Dios premia al hombre esforzado y valiente” este es el lema de vida de Ruth Maldonado, una mujer de 62 años, elegante, pulcra e intelectual cuyo objetivo siempre fue velar por la vida de sus cuatro hijos. Es una mujer radiante con su pelo rojo predominante y su experiencia viva reflejada en sus ojos color café, un café muy similar al que toma cada mañana cerca de las 5:30 de la mañana.
Su temperamento fuerte y su personalidad indudable abre paso para hablar de la infancia y su niñez, esta no fue del todo la mejor, aunque era una niña inteligente, con amor a la lectura y al estudio en general, no tuvo las mejores oportunidades para iniciar su vida académica a temprana edad, su madre Doña Carmen Maldonado era una vendedora de finca de raíz local, los vecinos que arrendaran o vendieran su hogar la contrataban para mostrar la casa y lograr venderla o alquilarla, sin embargo su sueldo no daba para mucho.
Ruth recuerda con cariño su amor por los deportes, ya que le gustaba jugar con los varones al fútbol y al baloncesto, los recuerdos más atesorados y felices de su infancia como su mayor pasatiempo en su día a día, con una leve sonrisa predominando sus labios considerablemente grandes color piel, piensa en como su personalidad compensaba ante las críticas de las niñas las cuales veían con ojos extraños sus comportamientos y su habla equilibrada hacia el género masculino, y aunque me encantaría redactar más momentos felices que hayan marcado a esta niña que ahora es una mujer, me temo que no será posible.
La economía generaba en esta familia múltiples faltas de hambre e incluso salud, el sitio donde habitaban no era del todo un paraíso, pues Ruth, una niña de tan solo 3 años, debía cuidar de quien hasta entonces era su hermano menor, Mauricio Maldonado, siendo su ardua tarea de cumplir con labores en su hogar.
Las pocas oportunidades, los maltratos constantes y su triste interior mantenían ocupado el 98% de sus actividades diarias donde una niña debía estudiar y ser protegida por sus padres y resto de familia. Ruth, con sus gestos más tristes y su voz entrecortada, narra esto como una niñez donde muchos se ven reflejados, pero pocos sustentados, pues de aquí es dónde su temperamento y su fuerte personalidad creció cual ave fénix para experimentar lo que viniera más adelante.
Parte 2/4: Prematura maternidad
Ruth a sus 21 años era una adolescente convertida en mujer, el sudor de su frente, sus constantes desvelos y su lucha por seguir estudiando eran difíciles de contemplar, pues su primera hija llegó cual ángel territorial para habitar este complicado mundo económico, doña Carmen, su mamá, dejó de apoyarla con lo poco que tenía, pues meditaba creyendo que dio un paso prematuro donde una adolescente se convirtió en mujer.
Los pensamientos carcomiendo su mente fueron opacados tras una expectativa exitosa a futuro la cual generaría la sustentación para ella y sus hermanos menores, aquí es donde empieza su vida laboral fija en una empresa llamada Condimentos el Santafereño en pleno estado de embarazo, difícilmente estudiaba de forma nocturna, y en su pequeño tiempo libre como ama de casa, luego de que naciera su primera hija, el único sustento era su pareja, Ricardo Rojas su actual ex esposo y padre de sus primeros dos hijos, asegura que fue un proceso difícil, pues sus labores vendiendo acciones en un club no generaba la suficiente ganancia para él y su familia por lo que sus lujos eran reducidos y atados, trabajando horas extras en búsqueda urgente para obtener ingresos
adicionales, por lo que Ruth con su hija recién nacida en sus brazos, se encargaba de cuidar otros niños de vecinas que con sus empleos estables daban un pequeño pero importante sustento a esta prematura familia.
Un año después, un nuevo integrante asomaba su pequeño y perfecto rostro con llanto angelical y pensamientos inocentes, ¡es un varón! Un nuevo motivo de felicidad pero un motivo de doble esfuerzo y dedicación, Ruth en su amor por sus dos primeros hijos decidió no seguir con este estilo de vida.
Los contactos y amigos en general cambiaron afortunadamente la vida de esta pequeña familia, pues doña Aquilina de Barrera, que en paz descanse, fue amiga y compinche de vida, está la invitó a una marcha política donde Ruth participó y de cierta forma la suerte por fin llegaba a su vida, gracias a ser participe en esta marcha el reconocido Hospital Simón Bolívar le brindó la oportunidad de capacitarse con posible oferta laboral en muestras y trámites en el sector de Laboratorio Clínico.
Parte 3/4: Los mayores golpes de su vida
“La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida”. Cuando por fin las cosas empezaron a cambiar, cuando por fin Ruth conseguía tras mucho tiempo de esfuerzo y dedicación la oportunidad de ser una integrante laboral más en este reconocido hospital, fue cuando en esta etapa los golpes más duros de su vida se aferraron a ella, aunque su principal objetivo era cambiar íntegramente la vida de sus dos hijos esto no fue del todo lo deseado, pues cuando apenas tenían 7-6 años tuvo que dejar la comodidad de su hogar para enfocarse en su trabajo, el tiempo de estancia junto con ellos era incierto, pues después de una larga jornada laboral el cansancio y su ansiedad la carcomía de pies a cabeza.
Paola y Ricardo se muestran afligidos al recordar esto, pues aunque desearan compartir con sus papás esto era difícil, por ende, de a poco tomaban un rumbo muy parecido a la niñez de su mamá, y aquí lo que parecía estar cambiando para bien, la situación tomó un giro inesperado, su actual esposo Ricardo Rojas decidió abandonar su hogar dejando a su suerte a sus dos hijos y por supuesto a su esposa, Ruth se sentía sola y siempre estaba triste, cuenta con lágrimas en sus ojos como se desquitaba con sus dos retoños por un hombre que no supo seguir luchando, la separación afectó a los tres sin precedente alguno, pues aunque Ricardo y Paola desearan con todas las fuerzas de su corazón una figura paterna, esta se manifestaba muy poco y las ayudas que brindaba eran nulas, pero de algo si estaban los dos muy seguros y es que gracias a Ruth, ellos son lo que son hoy en día, unos adultos ejemplares y disciplinados, amantes de su familia y guerreros tras las peores circunstancias.
Luego de su divorcio el mundo le cayó encima a Ruth, las enfermedades en varias oportunidades por poco acaban con su legado, pues durante más de 20 años padeció terribles dolores, noticias tenebrosas sobre su salud y toneladas de medicamentos. Mientras trabajaba un día cualquiera empezó a padecer terribles dolores en su pierna derecha, al principio lo ignoraba pero tiempo después acudió al médico y luego de una tardía radiografía le fue diagnosticado una hernia discal, esta impedía el funcionamiento de los discos L4 – L5 y S1 muy cerca de su columna vertebral, afortunadamente tanto ella como los doctores tomaron cartas en el asunto rápidamente por lo que una exitosa cirugía contribuyó a que al poco tiempo Ruth volviera a retomar sus labores, pero a tan solo 2 años después sentía terribles dolores en su zona femenina por lo que acudiendo a su médico de confianza le fue entregada la terrible e inesperada noticia de NIC3, mejor conocido como cáncer de cuello uterino, la desesperación y la depresión era un estilo de vida para Ruth en ese entonces, luego de otra cirugía la cual fue exitosa el doctor le declaró que sería imposible volver a tener más hijos, evidentemente esto no era de mayor importancia para Ruth ya que lo último que quería en ese momento era eso, pero todo esto cambió rotundamente.
Se reencontró de nuevo con el amor, específicamente fue con un amigo que conoció en el colegio donde cursaban el bachillerato, Carlos Niño, su actual esposo y padre de sus otros dos hijos, la enamoró por su llamativa forma de ser y de hablar, un hombre cuyo trabajo estable en una comercializadora de alimentos llamada Disanteria asumió el ejemplar cargo de cuidar y trabajar para sostener a los ya adolescentes hijos de Ruth: Ricardo y Paola, pero desde aquí lastimosamente las enfermedades que Ruth contraía eran solo el principio, pues a los pocos meses de contraer matrimonio con su actual esposo, Ruth sentía un dolor fuerte en el estómago, algo fuera de lo común, recalca que la hacía llorar y tirarse al piso en infinitas ocasiones, los doctores le diagnosticaron cálculos en la bilis, una piedras del tamaño de una moneda de 50 pesos obstruyendo su hígado, por lo que entró a salas de cirugía de forma casi inmediata, después de la cirugía Ruth tuvo una larga semana, ya que se encontraba mareada las 24 horas del día pensando que era una situación normal, para su sorpresa lo que resultaba ser una cirugía de poco riesgo casi termina con la vida de ella, pues le aplicaron más anestesia de la que debían y tuvo problemas cardiacos durante esta misma.
Ruth pudo dormir eternamente luego de estar consiente creyendo que saldría en cualquier momento para ver el rostro de sus hijos, afortunadamente y como todas las anteriores enfermedades, pudo superarlo de una forma valiente y astuta, ella recalca que todo fue un propósito de Dios y que ella está viva únicamente por él.
Los problemas continuaron, pues tan solo 4 años después de ese terrible susto, fue diagnosticada con artritis reumatoide, una enfermedad que genera inflamación en las articulaciones, por lo que el movimiento de brazos y piernas es casi una tortura, Ruth hasta el día de hoy presenta bastante mejoría respecto a eso, pero lo previene con muchos medicamentos. Esta infortunada mujer continuo su vida laboral en el Hospital Simón Bolívar, un hospital donde los riesgos de contagio por múltiples enfermedades eran latentes ante cualquier posibilidad, pues Ruth fue contagiada de tuberculosis gracias a los resultados que ella manejaba en laboratorio clínico, esta y las demás enfermedades generaron unas muy bajas defensas por lo que era casi un hecho que los riesgos de
contagio era mayores ante cualquier enfermedad, y así fue, poco tiempo después fue encontrada con hipertensión arterial y actualmente lucha por el hipotiroidismo.
Una guerrera, una mujer ejemplar, son las palabras de su hija mayor Paola quien vivió en carne propia todos estos desafortunados hechos por los cuales padeció “su mamita hermosa”
Parte 4/4: Luz al final del túnel
Lo que parecía imposible se hizo realidad, Ruth no solo tuvo a sus dos primeros hijos, también tuvo otros dos con Carlos Niño, el cual se encontraba deseoso de engendrar sangre de su sangre, el estilo de vida mejoró rotundamente en la vida de Ruth pues contaba con un sueldo fijo y su longevidad trabajando en el Hospital le aseguraba una pensión en muy poco tiempo, los problemas en su salud no son tan constantes, sin embargo, acude al médico en 5 oportunidades mínimas al mes, su familia es unida, vive en armonía y alegre al ver juntos a todos sus hijos unidos en un mismo espacio, y jamás pierde la oportunidad de tomarse una foto con ellos, pues Ruth atesora estos momentos e imágenes con todas las fuerzas de su corazón, pues son su legado, su más grande tesoro y el motivo de luchar incansablemente por su vida para crecer tan humana como espiritualmente.
Ruth logró pensionarse en el 2015, por fin su vida laboral había finalizado, es momento de descansar y suplir tiempo con sus hijos mayores, pues su mejor pasatiempo es con ellos principalmente, las fieles fuentes vivas de todos los sucesos desafortunados.
Yo siempre soñé con escribir un libro sobre mi vida, pues sabía que sería una historia interesante (Ruth Usnara Maldonado Urrea, 2020).