Según la Cámara de Comercio de Bogotá, en Colombia solo se recicla el 16,5 % de las más de 12 millones de toneladas de residuos sólidos que se producen anualmente. Esta cifra no es difícil de creer ya que apenas en los últimos años se han creado leyes que pretenden promover la correcta separación de residuos. Antes de esas acciones por parte del gobierno en Colombia no era tan marcada la cultura del reciclaje, incluso hoy día todavía falta y aún no se reconoce la labor del reciclador. “Son los servidores públicos menos valorados y más invisibles, incluso, la ciudadanía no reconoce al recuperador como un prestador de servicio público”, señala el investigador Jaime Espejo.
En el sistema de reciclaje la labor del recuperador se relaciona principalmente a un ejercicio económico en el que estas personas buscan un ingreso. Pero, “mientras que no haya una valoración diferente frente a los desechos y frente a quienes desarrollan la profesión del reciclaje, no se van a generar grandes transformaciones en el sistema de residuos”, puntualiza Salim Chalela, otro de los investigadores que hace parte de esta iniciativa llamada ‘Creación de un Nicho para Transformar el Sistema de Reciclaje en Ciudades Capitales Bajo una Lógica de Economía Circular Inclusiva y Cuidadora de Vida’.
Esta iniciativa es un experimento en el marco del HUB Latinoamericano y Caribeño de Innovación Transformativa, una comunidad que tiene como objetivo principal desarrollar diferentes actividades para fomentar la innovación transformativa en el contexto regional. A esta comunidad se vincularon diferentes instituciones que son miembros de la Alianza EFI, la cual se enfoca en factores y barreras que afectan la inclusión social y productiva, Salim Chalela y Jaime Espejo son algunos de los investigadores que representan la Alianza EFI en el HUB.
¿Qué es la innovación transformativa?
En el HUB Latinoamericano y Caribeño de Innovación Transformativa se ha planteado un enfoque que no está centrado únicamente en el resultado, sino en las transformaciones que se dan en los procesos de cambio o de implementación de políticas. El investigador Chalela explica que “este enfoque le da una direccionalidad a las acciones en ciencia, tecnología e innovación. Invita a pensar primero cuáles son los retos que como sociedad se quieren asumir, para así generar cambios en niveles más profundos”.
Este experimento se centra en dos transformaciones principales, por un lado, la inclusión, el reconocimiento y la visibilización de los recuperadores como actores fundamentales dentro de la cadena de gestión de residuos, propiciando la circularidad de las relaciones entre los actores de la cadena. Por otro lado, entender el sistema desde el enfoque de la salud colectiva, en el que la salud y el bienestar son asuntos que nos competen a todos, pues no se reducen únicamente a la ausencia de enfermedad, aquí también es importante el acceso al servicio integral de salud y a otros servicios que aportan al desarrollo humano.
Transformar el sistema de reciclaje
El sistema de reciclaje ha experimentado varios cambios en aspectos técnicos, logísticos, políticos, económicos, entre otros, pero no se ha reivindicado en su totalidad la labor del reciclador, lo que implica que aún no se garanticen condiciones inclusivas, equitativas y de bienestar para ellos.
El investigador Espejo comenta que durante las entrevistas que hicieron a los recicladores “dijeron que todavía hay mucho trabajo que hacer, porque a pesar de la publicidad sobre cómo reciclar, la gente todavía no lo hace bien”, además “reconocen que en los últimos años se han dado cambios importantes, pero la mayoría siente que solo han sido cambios técnicos y operativos, no son cambios profundos que propicien unas condiciones laborales distintas”.
El experimento planteado por los investigadores consiste en la creación y protección de un nicho de actores, es decir, un espacio social que promueva un tejido de relaciones entre las personas involucradas en el sistema de reciclaje en dos zonas de Bogotá y Medellín.
Este nicho permitiría diferentes interacciones, comportamientos, intercambios entre los recuperadores y la fuente, en otras palabras, mejoraría la relación entre los recicladores y las personas que generan residuos reciclables, de esta manera se generaría un interés común para buscar soluciones a las problemáticas.
¿Cómo es el experimento?
El experimento se divide en dos momentos, primero unos talleres focalizados con actores, en los cuales se busca reconocer, identificar y caracterizar la práctica de recuperación que realizan los recicladores. Después, se realizarán unos talleres de interacción e integración, un espacio de co-creación para generar ideas innovadoras entre los recuperadores y la fuente de los residuos, en esta ocasión, familias de conjuntos residenciales escogidos en las dos ciudades.
“Considerando las circunstancias actuales de aislamiento social, los primeros talleres se han hecho de manera virtual. Nos hemos concentrado en dos tipos de actores, los recuperadores y los directivos de las asociaciones y cooperativas que se han identificado”, comenta Espejo al tiempo que agrega que esperan hacer el siguiente momento de forma presencial.
Impulsar capacidades de empoderamiento y crear relaciones circulares
El sistema de reciclaje se caracteriza por priorizar el material, la comercialización y el desecho del mismo, invisibilizando al recuperador en sus diferentes contextos y el papel de las personas generadoras de residuos. Por estas razones el experimento se centra en mejorar las relaciones entre el reciclador y la fuente, y las condiciones laborales del recuperador y su calidad de vida.
Al finalizar, los investigadores observarán si efectivamente se crearon relaciones circulares entre la fuente y el recuperador, es decir, si ambas partes sintieron que les sirvió interactuar para encontrar mejores prácticas dentro del sistema de reciclaje, y también, si se lograron impulsar capacidades de empoderamiento y de acción en los recuperadores, al proponer iniciativas desde su propia experiencia.
Además, con el material y el trabajo realizado en todo el proceso, la intención es crear un portafolio con ideas innovadoras, para gestionar cuáles se podrían implementar con apoyo interinstitucional. Ya se cuenta con el apoyo de la Alianza EFI, en un futuro se espera vincular otros actores, como alcaldías, ministerios, secretarías de medio ambiente y de salud, entre otros.
Este trabajo hace parte del proyecto ‘LabSocial’, que busca generar estrategias de apropiación social del conocimiento y de innovación social que promuevan la formalización y la inclusión socioeconómica, el cual hace parte de un macroproyecto llamado ‘Inclusión productiva y social: programas y políticas para la promoción de una economía formal – Alianza EFI’, financiado por el programa gubernamental ‘Colombia Científica’.
Sobre Alianza EFI
Este artículo hace parte del equipo de comunicación y divulgación científica de la Alianza para la Economía Formal e Inclusiva. UNIMINUTO es una de las instituciones educativas que hace parte del proyecto ‘Inclusión productiva y social: programas y políticas para la promoción de una economía formal – Alianza EFI’, el cual busca diagnosticar, examinar e intervenir factores y barreras que afectan la inclusión social y productiva de los agentes económicos.
Para conocer más sobre la Alianza EFI visíte la página web: www.alianzaefi.com