Un grupo de investigadores que hacen parte del Observatorio Laboral LaboUR y de la Alianza EFI analizaron la caída del empleo a causa de la pandemia con el fin de conocer con mayor claridad la actual situación laboral y sobre cuáles puntos se deberían centrar las próximas políticas para que las pérdidas de empleo por la pandemia no sean permanentes.
El interés por el tema no es de menor importancia, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en Colombia el 41% de los micronegocios reportaron reducción de trabajadores u horas laboradas durante el cuarto trimestre de 2020, y según la Cámara de Comercio de Bogotá ese mismo año fueron cerradas más de 50 mil empresas en la capital del país.
El deseo de muchas personas que perdieron su empleo a causa de la pandemia es recuperarlo al reactivarse la economía, “pero desde mayo hasta noviembre de 2020, encontramos que los empleos que se habían recuperado no son equivalentes a los que se perdieron y desde entonces no se han reportado recuperaciones importantes del empleo”, asegura el doctor en economía y docente del Rosario, Andrés García Suaza.
Impacto de la pandemia en el mercado laboral
El primer análisis se centró en el comportamiento del empleo por sectores, en el que tuvieron en cuenta los que se asocian típicamente a factores de vulnerabilidad: agricultura, minas y electricidad, manufactura, construcción, comercio, transporte y comunicaciones, alojamiento y restaurantes, actividades profesionales y otros servicios.
El sector más afectado corresponde a ‘otros servicios’, que incluye las actividades artísticas, de entretenimiento, reparación de computadores, entre otras. Durante la pandemia ahí se perdieron 4 de 10 empleos. Por otro lado, los sectores de la construcción y la manufactura sufrieron un impacto similar, pero se han recuperado más rápido que el sector de ‘otros servicios’, ya que los protocolos de seguridad fueron más sencillos de implementar por eso fueron los primeros sectores en activarse.
También se realizó un análisis por áreas metropolitanas, aquí se tuvieron en cuenta las principales ciudades del país: Barranquilla, Bogotá, Cali, Manizales y Medellín. En este segmento se observó que Cali y Bogotá fueron las ciudades más afectadas, y Barranquilla se ha demorado en mejorar su situación de empleabilidad.
Cambios en la composición de la fuerza laboral
Debido a la pandemia se perdieron muchos empleos pero esto no afectó a todos los grupos poblacionales de la misma forma. Para los investigadores fue importante centrarse en el comportamiento del empleo según género, tipo de oficio (profesional y no profesional), ingresos laborales y condición de informalidad.
Respecto al género, se observó que la pérdida de empleo entre hombres y mujeres es equivalente, pero la reinserción laboral ha sido más rápida para ellos que para ellas. “Esto en buena medida está relacionado con el hecho de que muchas mujeres se fueron hacia la inactividad, es decir, salieron del mercado laboral por la necesidad de cubrir unos tiempos de actividades en el hogar, lo cual por temas culturales o por diferentes circunstancias se ha cargado históricamente a las mujeres, por ejemplo, cuidar a los niños”, dice García.
En el caso del tipo de oficio, la caída del empleo no profesional es mayor que la del empleo profesional, pues usualmente este último no requiere de tanta interacción social y es fácil de realizar por medio del teletrabajo. Y en relación con los ingresos laborales, los investigadores han observado que el empleo de un salario mínimo (o de menos) se ha recuperado más rápido, incluso hay más puestos que en meses previos a la pandemia. Esto puede deberse a la rápida recuperación de la informalidad y a que los nuevos trabajos tienden a ser de menor ingreso.
¿Y la informalidad?
El investigador García explica que “nuestro mercado laboral, como en casi todo el mundo, está estrechamente ligado al sistema de protección social. Y ahí es donde el problema de la informalidad se hace relevante. ¿Por qué queremos generar formalización? Por un problema de productividad, porque la informalidad es una barrera para el desarrollo y para el crecimiento de las empresas, pero también es un problema porque solo los trabajadores formales tienen acceso a todo el sistema de seguridad social”.
Por esta razón resulta relevante para los investigadores evidenciar la importancia de buscar mecanismos que generen estabilidad laboral y que al mismo tiempo permitan el acceso de esos trabajadores al sistema de seguridad social de manera directa. “Necesitamos lograr un equilibrio en el que las personas consigan un buen empleo y que, adicionalmente, les garantice total cubrimiento en todos los subsistemas, tanto en pensión, salud y riesgos profesionales”, puntualiza el profesor.
Los nuevos empleos
En general, los resultados muestran que posiblemente la calidad de las nuevas plazas no cumple con las que se perdieron, pues los nuevos empleos se caracterizan por tener una menor proporción de contratos y por no cotizar pensión, es decir, se inclinan a la informalidad. Además, los ingresos de los empleados en posiciones nuevas son menores, esto refleja también el impacto de la pandemia sobre los pequeños negocios.
Tal parece que por ahora las políticas son solo para la recuperación del empleo que es lo más urgente, “pero también deben ir encaminadas hacia la generación de empleos de mejor calidad, porque lo que sí vemos es que la informalidad ha tenido un papel importante en esa generación de nuevos puestos de trabajo”.
Los investigadores señalan la importancia de identificar los cambios de la oferta y la demanda del mercado laboral, para así identificar cuáles mecanismos se deben establecer para promover el empleo formal. También proponen incluir políticas e incentivos específicos para grupos especialmente vulnerables y de esta manera promover el cierre de brechas. Finalmente, opinan que es necesario extender el Programa de Apoyo al Empleo Formal (PAEF), incluyendo otros sectores además de hotelería y restaurantes.
Esta investigación hace parte del proyecto ‘Hacia Mercados Laborales Inclusivos’, el cual hace parte de un macroproyecto llamado ‘Inclusión productiva y social: programas y políticas para la promoción de una economía formal – Alianza EFI’, financiado por el programa gubernamental ‘Colombia Científica’.
El análisis realizado por los investigadores se encuentra descrito en el documento de trabajo titulado: ‘Efectos de corto plazo en el mercado laboral urbano’, escrito por Andrés García-Suaza, Iván Daniel Jaramillo Jassir, Diana Isabel Londoño Aguirre, Santiago Ortiz Ortiz y Paul Rodríguez-Lesmes.
Sobre Alianza EFI
Este artículo hace parte del equipo de comunicación y divulgación científica de la Alianza para la Economía Formal e Inclusiva. UNIMINUTO es una de las instituciones educativas que hace parte del proyecto ‘Inclusión productiva y social: programas y políticas para la promoción de una economía formal – Alianza EFI’, el cual busca diagnosticar, examinar e intervenir factores y barreras que afectan la inclusión social y productiva de los agentes económicos.
Para conocer más sobre la Alianza EFI visite la página web: www.alianzaefi.com