Julio Ernesto Estrada Rincón, conocido artísticamente como Fruko, ha escrito con su talento una de las páginas más importantes en la historia de la música de Colombia y Latinoamérica. A lo largo de más de 60 años de carrera, su contribución no solo se refleja en la salsa colombiana, sino también en la integración de ritmos afrocubanos y afrocaribeños que resuenan más allá de las fronteras.
Un legado incomparable
Fruko y Sus Tesos surgieron como una revolución en el panorama musical de los años setenta, combinando ritmos tradicionales colombianos con la salsa y el son montuno. Desde entonces, la agrupación se convirtió en un símbolo de la riqueza cultural del país, llevando su música a escenarios icónicos como el Madison Square Garden de Nueva York y festivales en Europa, Australia y hasta Alaska.
La trayectoria de Fruko se ha ha construido también por su capacidad para descubrir talentos que marcaron una época, como Joe Arroyo, Wilson Manyoma y Piper Pimienta, cimentando a Colombia como un epicentro de la salsa pero también de orquestas como la suya o la que también fundó y hoy es dirigida por su hijo, The Latin Brothers. Su talento para producir, componer y orquestar lo lleva a pensar que es el el Quincy Jones colombiano. “Me considero un Quincy Jones colombiano, descubridor de talentos”, dijo el maestro en UNIMINUTO Radio, al reflexionar sobre su trayectoria a propósito del reconocimiento del Ministerio de Cultura con el máximo galardón con el ‘Premio Nacional Vida y Obra de 2024‘ por sus 60 años de trabajo y sonoridad que han sido determinantes para consolidar la memoria musical e identidad en el país.
Comparación con Quincy Jones y la influencia afro
Su afirmación sobre Quincy Jones podría suscitar polémica y debate, pero lo que nadie discute es que es un visionario que transformó la industria musical de su país. Quincy Jones, conocido por producir a artistas legendarios como Michael Jackson y Frank Sinatra, revolucionó la música negra en Estados Unidos al combinar elementos de jazz, R&B y pop. De manera similar, Fruko ha utilizado su sensibilidad musical para explorar las raíces africanas de la salsa y fusionarlas con los sonidos autóctonos colombianos.
En palabras del propio maestro, la salsa no solo es un género musical, sino un vehículo de resistencia y unión. “Nuestra música cumple la misión de unir razas y culturas. Es una medicina para el cuerpo y el alma que promueve la alegría y la reflexión”, afirmó Fruko durante una entrevista reciente.
La música de Fruko y Sus Tesos ha sido fundamental para reivindicar las contribuciones africanas a la cultura latinoamericana. Desde los ritmos como el guaguancó hasta las letras que exaltan la diversidad, Fruko ha destacado la riqueza que los pueblos afrodescendientes han aportado a la identidad cultural de Colombia. “El ritmo es una expresión de resistencia, de alegría y de libertad. Por eso, nuestra música lleva un mensaje que une a las razas”, explicó.
Un futuro lleno de música y legado
A sus 73 años, Fruko sigue explorando nuevos horizontes. Recientemente, ha trabajado con músicos de diversas nacionalidades en ámbitos tan variados como la música sinfónica y las nuevas tendencias tecnológicas. Además, su compromiso con la educación musical lo lleva a promover valores como el respeto, la paz y la espiritualidad a través de su arte.
Entre sus obras icónicas destacan “El Preso” y “Flores Silvestres”, canciones que han tocado el corazón de generaciones. “La música es para compartirla, para inspirar y para unir”, afirma con humildad el maestro, cuya influencia trasciende el tiempo.
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