Por Andrés Neira
Las mujeres –históricamente– han participado en diferentes procesos de construcción de paz en Colombia. Los diálogos con las Farc y Eln han sido uno de los espacios representativos en los últimos años para las mujeres, no obstante, su incidencia, participación y lo logrado en derechos de las mujeres, todavía es desconocido desde varios sectores de la sociedad colombiana.
El papel de las mujeres en el Acuerdo Final de Paz, lo ganado y la necesidad de su defensa, requiere de “ejercicios de conexión y sinergia con el movimiento social de mujeres y con la sociedad civil. El papel que debemos desempeñar dentro de la academia es con los propósitos que tiene la Cumbre Nacional de Mujeres y Paz, que es divulgar lo que se está haciendo, porque no se conoce suficientemente lo que se logró”, asegura la profesora Dora Díaz, directora de la Escuela de Estudios de Género de la Universidad Nacional.
“No queremos ser pactadas, queremos ser pactantes”: Cumbre Nacional de Mujeres y Paz
Al aparecer y oficializarse en el escenario público los diálogos de paz en 2012, mujeres de todo el país se reúnen para conformar la Cumbre Nacional de Mujeres y Paz. Las organizaciones de mujeres se preguntaron –en su momento– cuál sería su papel en el proceso.
“Por qué ser pactantes y no pactadas, es un elemento de un fuerte contenido político, porque significa participar, tomar decisiones, que no nos vean como beneficiarias y víctimas, sino como protagonistas con capacidad de proponer. Colombia lo que sí tiene fuerte es el movimiento de mujeres, lo que permitió participar en la mesa de negociación”, afirma Sandra Luna, psicóloga y delegada de la organización Ruta Pacífica de las Mujeres.
Asimismo, con la creación en 2014 de la Subcomisión de Género se abre una puerta para que la delegación de mujeres participara de los diálogos de paz. “Construir en el movimiento no es fácil, construir desde la diversidad tampoco, ese ha sido el gran reto, pero también el gran aprendizaje que nos ha dejado esta negociación en La Habana, y es la capacidad del trabajo colectivo (…) la cumbre logó juntar a 8 organizaciones, que no es fácil”, agrega Luna.
El Acuerdo de Paz “reconoce a las mujeres no solo como víctimas, sino como actoras clave para el mantenimiento de la paz”: Katherine Ronderos, directora de la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad (LIMPAL Colombia)
La negociación de paz con las Farc en La Habana logra poner un hito histórico a los procesos en el mundo, específicamente en temas de participación de las mujeres. El Acuerdo Final, es el único que tiene de manera específica consignados 100 medidas concretas que van a garantizar los derechos de las mujeres.
Si bien existen alertas sobre el Plan Marco, se requieren más recursos económicos y la implementación avanza más lento de lo esperado, los movimientos sociales de mujeres creen que el avance más significativo ha sido el de salvar vidas. Asimismo, el acceso a la tierra y su titulación, un sistema de salud diferencial para las mujeres a nivel sexual y reproductiva, son otros de los progresos del Acuerdo.
Dicho esto, Katherine Ronderos resume el logro del Acuerdo en una frase que las feministas usan, “lo que no se dice, no existe”, que estuvo estructurado en el marco de la negociación. “Y diría que en el tema de la sustitución de cultivos de uso ilícito hay otro logro, porque cuando te llaman del Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito (PNIS) para tener esos diálogos institucionales por primera vez, esas 100 provisiones lo valen todo”, añade.
“Es importante hacer el proceso de la reconciliación y para llegar a eso, se necesita mucha pedagogía de paz”: Milena Reyes, delegada de paz en La Habana, excombatiente y militante del nuevo partido Farc
En plena crisis por la victoria del “No” en el plebiscito de 2016, las organizaciones de mujeres que participaron de los diálogos de paz sintieron que el trabajo hecho en La Habana fue “pisoteado”, y en contraparte, el de las excombatientes, que ya pensaban en “armar” sus vidas, pensaron por un momento que tendrían que tomar de nuevo las armas. Sin embargo, la activación y movilización de los movimientos sociales del país mostraron su apoyo para no dejar caer el proceso.
Ante esto, las delegadas de la Cumbre Nacional Mujeres y Paz aseguran que están haciendo ejercicios de capacitación a mujeres en los territorios, para apropiarse del acuerdo y prepararse para lo que viene para la defensa de la paz.
Por su parte, la excombatiente asegura que “es un derecho que nos hemos ganado las mujeres, porque tenemos la legitimidad moral en el tema de la paz, de poder intervenir, porque durante muchísimos años de conflicto estuvimos en el territorio sosteniendo la vida”.
De igual forma, con el ciclo de diálogos y la socialización de lo logrado en La Habana, la organización de mujeres también busca reactivar el proceso con el Eln para lograr una paz completa.