Por: Daniela Guerrero Mafioli
En Colombia, según el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) entre enero de 2023 y febrero de 2024, se denunciaron 313 casos de violencia sexual infantil. Según los datos disponibles desde 2018, el 85% de las víctimas de violencia sexual infantil en el país son niñas y adolescentes, lo que equivale aproximadamente a 266 niñas y adolescentes víctimas en el periodo mencionado.
Esta problemática toma relevancia en el marco de los 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género, que inician el 25 de noviembre con el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y culminan el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos. Esta campaña mundial busca sensibilizar sobre todas las formas de violencia, incluyendo aquella dirigida contra niñas y niños, quienes son especialmente vulnerables.
Un informe de UNICEF sobre la violencia sexual infantil revela que más de 370 millones de niñas han sido víctimas de abuso sexual antes de los 18 años. Este estudio resalta la gravedad del problema a nivel mundial, especialmente en regiones vulnerables como zonas de conflicto, desplazamiento forzado o con instituciones débiles. En estos contextos, la incidencia de la violencia sexual aumenta, superando el 25% de los casos registrados. Además, el abuso sexual no solo afecta a las víctimas durante la infancia, sino que tiene consecuencias a largo plazo, como trastornos mentales, enfermedades de transmisión sexual y dificultades para establecer relaciones saludables.
El informe también destaca que la violencia sexual es más prevalente en áreas con altos índices de conflicto, como África (22%) y América Latina (18%). Las niñas que viven en estos entornos son más propensas a ser víctimas de abusos continuos, lo que perpetúa un ciclo de trauma y sufrimiento. Es crucial que se implementen políticas de protección más robustas y se refuercen los sistemas de salud y justicia en estas regiones. Además, el estudio hace un llamado urgente para proporcionar acceso a servicios de atención adecuados para las víctimas y fortalecer la recopilación de datos a nivel global, para así poder medir con precisión la magnitud del problema y adoptar soluciones efectivas.
La Ley 1146 de 2007 en Colombia define la violencia sexual infantil como cualquier acto de tipo sexual ejercido sobre un niño o niña utilizando coerción física, psicológica o emocional, aprovechándose de la desigualdad o relaciones de poder. Las consecuencias de estas agresiones incluyen un impacto duradero en la salud mental y física, como la baja autoestima y el deterioro del autoconocimiento.
La Convención Internacional de los Derechos de la Infancia recalca que el abuso sexual infantil perpetúa una relación desigual de poder y dificulta que las víctimas denuncien, extendiendo el miedo y las secuelas emocionales que obstaculizan su desarrollo pleno. La visibilización de esta problemática en campañas como los 16 Días de Activismo es clave para fomentar acciones de prevención y protección.
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