Por: Julian Lopez
No te sueltes tiene como foco de atención la historia de June, madre de dos hijos, Samuel y Nolan, que se encuentran en medio de una cabaña abandonada en un bosque aparentemente hundido en un mal misterioso que asecha esta familia.
Este ideal del mal en el bosque ha estado presente en la mente de estos niños a lo largo de su vida, hasta que un suceso marca el pensamiento de uno de ellos cuando pone en duda la existencia de este mal, que desencadena un problema entre creencias que desintegra a la familia, que los deja más expuestos a que este mal que los rodea los afecte.
¿Terror o suspenso?
No te sueltes es una película llena de emociones acompañada de elementos sobrenaturales que se mezclan con un ambiente atrapante, con elementos que funcionan en la trama como giros de plano inesperados y una atmósfera sombría.
Pero no es precisamente una película que entregue una narrativa enfocada en el miedo constante porque toma un rumbo más inquietante, dejando al espectador al pendiente de la siguiente escena, que la convierte en un filme que se decanta más por el suspenso que por el terror.
Buen comienzo que se queda corto a la mitad
Se presenta una trama prometedora al comienzo, con la historia de un mal que está en todas partes, menos en la cabaña de los protagonistas. Su protección es expandida con una cuerda con la cual los personajes pueden salir de la cabaña sin temor a ser afectados por este ente.
Esta narrativa resulta entretenida hasta cierto punto, pues pasan bastantes escenas sin ofrecer un evento con mayor relevancia, cosa que ralentiza el ritmo de la película y por ende la atención en la historia. Si bien en escenas cercanas al final se revindican con giros en la trama, es difícil recuperar la emoción que nació al comienzo de la película.
Una analogía al apego familiar
No te sueltes destaca por su exploración en temas psicológicos profundos como el aislamiento, la paranoia y la sobreprotección en un contexto familiar. Esto aparece retratado en la simbología de la cuerda y en la casa que en teoría le proporciona seguridad a la familia, que con el tiempo se convierte en una restricción que se materializa en una cárcel literal y metafórica, ya que June obliga a sus hijos a quedarse en casa por miedo al mal que habita afuera. Esta forma de actuar se convierte en una metáfora de la dependencia emocional y la fragilidad que puede trasmitirle una madre a sus hijos.
Este aspecto no solo se resalta desde el punto de vista de la madre, pues sus hijos también se cuestionan la existencia de este mal exterior, poniendo en tela de juicio las acciones de ella y su estancia en la casa.
¿Vale la pena?
Para quienes buscan una experiencia de suspenso que explore temas como la vulnerabilidad humana, la soledad, los giros de trama inesperados y el desapego, No te sueltes ofrece una perspectiva adecuada sobre el horror psicológico, con una escenografía atrapante llena de elementos que dejarán más preguntas que respuestas, con una muestra más aterradora que cualquier amenaza visible.