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No tener pelo era igual a ser guerrera de vida – segunda parte

Por: Daniela Lucia Ramirez Ariza.

Sin tener claridad aún de qué es realmente lo que padecía la paciente, informan a sus familiares que no se trata de nada leve o pasajero, que es un caso bastante serio, con un proceso duro.

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El procedimiento a seguir sería una biopsia que mostraría a los quince días un resultado seguro y confirmado, quince días en donde debía mantenerse en reposo y no tener mayores esfuerzos físicos.

Resultados

Laura se arma de valor y da fuerzas a su madre, quien de inmediato cae en una gran tristeza, ambas deciden pasar los 15 días de reposo en su pueblo, con el resto de su familia. La joven es recibida con mucho amor y día a día es acogida en oraciones de esperanzas, confiando en que el resultado no fuera una mala noticia.

Faltando un día para el resultado, vuelven a Barranquilla con la fe puesta en Dios y un ánimo que termina al momento en que reciben el diagnóstico final: Tumor maligno. El suspenso se apoderó de la habitación hospitalaria, un silencio que aludía a una noticia que marcaría la vida de Laura para siempre, el doctor se enmudeció, el único sonido que se escuchaba en el momento era el de las alarmas de la misma clínica.

Mientras las lágrimas caían como único gesto que salía de parte de Laura, quien entró en un estado de profunda depresión nerviosa y circulatoria, transcurrieron 5 minutos y la joven colapsa y manifiesta toda su tristeza en gritos de dolor que recorren los pasillos de la clínica. Por otro lado, la madre destrozada intenta dar consuelo a su hija y terminan las dos sumergidas en un mar de lágrimas, que fueron calmándose con abrazos de ambas y plegarias a Dios.

En una conversación siguiente con el médico encargado, éste sugiere a Laura dejar la universidad, la joven tendría que suspender sus estudios temporalmente, ya que debía someterse a un proceso largo de sanación y lucha. Laura empieza un tercer tratamiento en su pueblo. Su mayor fortaleza fueron sus familiares, al refugiarse en ellos y en su fe en Dios como arma de valor y para enfrentar todo lo que venía, no había cabida para la tristeza.

Así las cosas, la joven vuelve a Barranquilla el 13 de julio a dar cuenta de qué efectos habían hecho en ella los medicamentos, el mismo día, confirman nuevamente la presencia del tumor, tratándose más específicamente de un Osteosarcoma en la reja costal izquierda con derrame pleural maligno, acompañado de pequeñas células en el esternón y la clavícula.

Ahora bien, empezó la gran batalla, Laura fue sometida a su primera quimioterapia, que, a pesar de ser un tratamiento fuerte y complejo, fue su primer paso de lucha, todo salió bien y esto incentivó a Laura a seguir con lo que vendría.

Perder su cabello fue una las cosas más duras que atravesó, pese a eso, Laura nunca bajó la cabeza, era sorprendente ese positivismo del que se había apropiado, y así la joven empieza a dejar huellas por todas las unidades de salud, los médicos no comentaban otra cosa que no fuera la actitud maravillosa que reflejaba.

Ella decía que una cabeza sin pelos no la haría bajar la guardia y que “ser calvita era significado de ser guerrera de la vida”. El tratamiento no paraba, la joven seguía siendo sometida a quimioterapias y radioterapias que causaban recaídas en ella, recaídas de las cuáles Laura salía vencedora y con mayor espíritu de lucha.

Laura Fragozo contactó por la red social Instagram al presentador de Noticias RCN, Felipe Arias, quien amablemente deja que Laura comparta su historia con él. En una visita que Arias le hace a su casa, queda fascinado con el gran ser humano que se escondía detrás de una joven enferma de 18 años, y extiende a Laura la invitación para compartir su historia de vida con todos los televidentes del canal de televisión RCN, en una transmisión preparada para ella.

De este modo, un día acordado, Laura va hasta el canal y relata la historia de su vida concluyendo: “llevo 7 ciclos de quimio, y con esta enfermedad pienso que la vida me ha mostrado el camino que debo elegir… quiero ser oncóloga y a pesar de lo que atravieso, he aprendido a ser feliz porque aquí sigo dando la batalla”.

Laura recibe una grata aceptación por parte de todas las personas que escucharon su historia, evidenciada en lindos mensajes de ánimo que recibe en sus redes sociales. La lucha seguía y con ella el amor por vivir.

Fueron en total 34 ciclos de quimio y 23 radioterapias donde Laura muchas veces sintió no poder más, pero nunca desistió gracias a que el amor de su familia la acompañaba en todo momento, además, de la aceptación de las personas que conocían su caso, un arrollador sentimiento de perseverancia que estaba siempre presente, su fe en Dios y, sobre todo, las ganas de convertirse en vencedora y a su vez en oncóloga para ayudar a las personas que padecieran esta terrible enfermedad.

Su último procedimiento fue una cirugía para extraer la costilla junto con el tumor, y con esto, el 3 de agosto del año 2019, Laura es declarada sana. Ella expresó su inmensa felicidad diciendo: “Hoy puedo decir que mi esfuerzo al fin tiene frutos, estoy sana en el nombre de Dios todopoderoso y quiero ser un ejemplo de superación… ¡Si se puede! todo lo que hay que tener es fe en que Cristo sana”.

Con base en lo anterior, el día 20 febrero de 2020, RCN convoca a Laura a la participación del concurso “Valientes 2019”, premio al que se postularon las historias de 20 personas. Fragozo obtuvo el primer lugar gracias a la votación de los colombianos que, con ella, siguieron su historia.

Laura llena de satisfacción, se sentía plenamente feliz y lo que más llenaba esa felicidad era poder retomar sus estudios y culminar un sueño que, por culpa del cáncer, dejó a un lado. Laura continuó su vida sana, siendo un indudable modelo a seguir como persona, como hija, como paciente y como guerrera de la vida.

| Nota del editor *

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