Por: María Camila Rodríguez
Justo cuando la situación de pandemia por COVID – 19, parece estar en su punto más crítico en el país, y las medidas deben ser más estrictas para evitar que el número de contagios no siga en aumento, el presidente Iván Duque, por medio del decreto 847 de 2020, indicó que aeropuertos nacionales tendrán vía libre para iniciar plan piloto de reapertura, al igual, que los restaurantes y las iglesias.
Sin embargo, la medida ha sido motivo de polémica, pues parece incoherente que justo cuando Colombia ha llegado al pico del contagio, se pretendan reactivar estos tres sectores.
El Gobierno anunció que las nuevas medidas de reapertura se presentan con el fin de aliviar las restricciones, y dar la oportunidad de generar nuevamente ingresos a quienes se desempeñan en la industria aeroportuaria local, los restaurantes y las iglesias. Estas últimas, sin embargo, aluden a dar la posibilidad de que los feligreses puedan asistir nuevamente a los encuentros religiosos y congregarse.
Para que los aeropuertos locales puedan operar nuevamente, deberán contar, en primera instancia, con el cumplimiento de las recomendaciones del Ministerio de Salud y Protección Social respecto a los protocolos de bioseguridad y además, tanto en los municipios de origen como destino, se deberá contar con un permiso previo que otorga el Ministerio del Interior, el Ministerio de Transporte y la Aeronáutica Civil.
En la misma medida se planea que los restaurantes y las iglesias, luego de haber implementado los protocolos de bioseguridad establecidos, ingresen nuevamente a operar de forma progresiva. Por otro lado, se espera que los alivios en cuanto a restricciones que implementa el gobierno en estos sectores, no resulte más nocivo que benéfico, pues si bien, parece ser una luz verde para la economía, puede que termine atentando contra la vida.