Por: María Camila Rodríguez
El Primero de Mayo es una fecha icónica para la clase obrera y trabajadora a nivel internacional, pues se conmemora la lucha histórica de obreros organizados en Chicago en 1886, a partir de la cual se reconoció la jornada laboral actual de 8 horas.
Todos los años la fecha es celebrada con movilizaciones que se llevan a cabo en todo el territorio nacional, y son usualmente las organizaciones sindicales quienes encabezan las mismas, pues, es en las calles en donde se vive a modo de fiesta la lucha obrera y se escuchan las consignas, arengas y reclamos por parte de los trabajadores con respecto a las condiciones laborales que brindan los gobiernos.
Sin embargo, este año la movilización se ha visto truncada por una situación ajena que ha detenido a su paso cualquier tipo de evento de carácter masivo, en donde se tengan que reunir varias personas. Irónicamente, el manejo que se le ha dado a la situación por parte de las entidades gubernamentales, ha afectado en gran medida a la clase trabajadora, más allá de la crisis a nivel general desencadenada por la pandemia.
Liria Manrique es una mujer empoderada, abogada y defensora de derechos humanos y trabaja para la USO como asesora del Secretario Nacional de Derechos Humanos de la misma organización, y en la siguiente entrevista describe no sólo la forma en la que este año se ha llevado a cabo la jornada del Primero de Mayo, sino que, además, da cuenta del panorama actual del trabajo en Colombia en medio de la crisis y las dinámicas que se están gestando por parte del gremio sindical frente a la situación.