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¿Quién necesita justicia cuando se tienen policías?

Por: 

Realizado por Oscar David Velandia

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Entre las llamadas honorables instituciones públicas de nuestro país, se encuentra la respetable Policía Nacional de los colombianos, una entidad opresora del Estado como lo mencionan algunos, que dirige el terror de las calles con total violencia y oprime a la población en sus momentos de lucha. Con esa lamentable posición que tienen, además de los casos de corrupción que nadan suavemente por las cortes colombianas, sumado a la arbitrariedad de algunos uniformados y agregando los poderes que legalizaron para tomar acciones ante los ciudadanos en el Nuevo Código de Policía, se esconde un batallón de la muerte que, en lugar de brindar seguridad y paz a los colombianos, como constitucionalmente debe ser, invita al infierno en los peores momentos de tensión.

En este contexto, usted como colombiano debe saber los nuevos poderes que le confiere la ley a esta entidad, por ejemplo, un policía lo puede detener libremente en la calle, pedirle su identificación y requisarlo, – independientemente de si tiene razones o no-, y usted debe dar su nombre, decirle dónde vive y qué hace. También, los uniformados tienen todo el derecho de requisarlo para verificar si usted lleva alucinógenos o algún tipo de droga, declinando así el derecho a portar la dosis personal impuesta por la ley. Incluso, puede detenerlo en un medio público de transporte como lo es Transmilenio, así la Constitución Política de Colombia del 91 diga que “nadie puede ser molestado en persona” y “que toda persona se presume inocente hasta que se le demuestre lo contrario”.

Esta polémica va más allá de encontrar un bueno o un malo en esos 200 artículos que se constituyeron y que al día de hoy más de un colombiano ni siquiera ha leído. Pero bueno, “estamos bien” y en época de elecciones, olvidando así esos crímenes que han perpetuado y que han dejado afectados. Uno de ellos, Nicolás Neira, un estudiante que en el 2005 marchaba un 1 de mayo en Bogotá (Día del trabajo) y que fue brutalmente asesinado por un arma no convencional del Escuadrón Móvil Anti Disturbios, ¿dónde quedó esa protección y seguridad que brindan a la ciudadanía?

Sigamos, ¿quién difunde el incremento de denuncias que recibe esta autoridad por terminar con la vida de campesinos, indígenas, sindicalistas y en toda el área colombiana? ¿El Ministerio Público? Lo bueno es que se viene el mundial y James estará, para tranquilidad de todos.

No obstante, el secuestro también hace parte de esta brutalidad, el tan llamado “traslado por protección” que según dicen lo hacen para protegernos cuando caminamos por las calles indefensos, unas veces alterados por “aspectos de orden mental” (como nuestros amigos habitantes de calle) y en otras ocasiones para resguardarnos si nos encontramos bajo los efectos del alcohol o la droga, pero que al final es pretexto para privar la libertad, porque un policía se lo puede a usted llevar sin orden judicial y sin ser presentado a un juez por veinticuatro horas. Lo cierto es que estos “guardias” podrán utilizar la fuerza y con ella hacer control.

El mensaje es revelador, las normas y conductas son claras y deben obedecerse. Entonces ¿quién necesita justicia cuando se tienen policías?

 

 

| Nota del editor *

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