Excelentísimo e ilustrísimo señor. Siendo nombrado desde trece de Diciembre de mil setecientos setenta y cinco por la Superior Junta de Temporalidades de Maestro de primeras letras de esta ciudad ha el tiempo de cerca de doce años, que con infatigable anhelo, Celo de Dios y del Rey, he procurado la más perfecta educación en costumbres, letras e instrucción de la Religión […] […] Este mérito, aunque corto, me hace hacer presente a los pies de Vuestra Excelencia que hallándome oprimido por la estrecha obligación de mujer e hijos y entre ellos dos niñas doncellas que apenas me alcanza para el sustento escasamente con el sueldo de cuatrocientos pesos dotados de temporalidades…
El tono suplicante de este texto corresponde a la misiva que envió Agustín Joseph de Torres, uno de los primeros maestros de Santa Fé de Bogotá, al Virrey Antonio Caballero y Góngora. Desde esa época y hasta ahora, según el libro: Maestro, escuela y vida cotidiana en Santafé colonial, de los historiadores Alberto Martínez, Jorge Castro y Carlos Noguera, la voz del maestro no solo se ha escuchado en las aulas, sino para suplicar el pago del estipendio atrasado o solicitar un aumento para aliviar sus urgencias. Escuche en esta crónica las luchas de Agustín Joseph de Torres, uno de los primeros maestros de la Nueva Granada, y sepa por qué el 15 de mayo se celebra en Colombia el día del maestro.
Periodista: Docente – Javier Vargas Acosta.