El secretario ejecutivo de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), Sacha Llorenti, afirmó, en una entrevista con Sputnik, que EEUU utiliza la pandemia del covid-19 para generar inestabilidad en América Latina.
“EEUU utiliza la pandemia para reforzar las medidas coercitivas unilaterales que pretenden provocar un castigo colectivo en contra de los pueblos y así generar una inestabilidad política”, afirmó.
Llorenti subrayó la importancia del próximo mes de noviembre para Nicaragua, Cuba y Venezuela.
El 7 de noviembre habrá elecciones en Nicaragua; el Gobierno estadounidense las tildó de “farsa” y adelantó que no reconocerá los resultados.
Para el 15 de noviembre, opositores dentro y fuera de Cuba han convocado una manifestación en contra del Gobierno de Miguel Díaz-Canel.
Pocos días después, el 21 de noviembre, habrá elecciones regionales y municipales en Venezuela.
“PLENA TRANQUILIDAD”
Llorenti consideró que más allá de las acciones de EEUU en contra de estos países, la situación en noviembre será de “plena tranquilidad”.
“Lo que EEUU pretende es tratar de que la región sea su patio trasero, pero estamos en el siglo XXI y eso no sucederá. Entonces, yo no estoy tan preocupado por lo que pueda suceder en noviembre porque estoy convencido de que los países miembros de la alianza están más que a la altura de ese desafío”, afirmó.
El secretario ejecutivo del ALBA sostuvo que la constante de EEUU es agredir a estos países e imponer “medidas coercitivas unilaterales contrarias al derecho internacional”.
“Es una práctica imperialista porque ¿quién le da la autoridad moral o legal a EEUU para calificar si una elección es válida o no? Además de ilegal, la imposición de medidas coercitivas unilaterales, que no solo son violatorias al derecho internacional, sino que constituyen crímenes de lesa humanidad agravadas por una situación de pandemia”, agregó.
Pidió que se respete la Carta de las Naciones Unidas, que señala que existe igualdad soberana de los estados y se basa en el principio de no injerencia en los asuntos internos.
En contraposición, afirmó que China y Rusia son países que realizan sus relaciones internacionales respetando los principios de la Carta de las Naciones Unidas.