Septiembre es conocido como el Mes Nacional de Prevención del Suicidio, pero desde 2003 la Organización Mundial de la salud (OMS) estableció el 10 de septiembre como el “Día Mundial para la Prevención del Suicidio”, con el objetivo de crear conciencia del suicidio y que las naciones del mundo implementen y promuevan acciones para su prevención.
Según la OMS cada año, más de 720 mil personas fallecen por suicidio en el mundo y esta es la tercera causa de defunción entre las personas de 15 a 29 años.
De acuerdo con Koryn Bernal Manrique, psicóloga especialista en psicología clínica , “Algunos factores que contribuyen al suicidio están relacionados con enfermedades físicas, problemas emocionales y afectivos. Estos factores también pueden variar en función del sexo y el género”.
“Ser víctima de alguna situación de violencia, como el maltrato, violencia sexual, violencia física, violencia emocional y violencia psicológica, pueden tener un impacto significativo en la conducta suicida. Estas experiencias no solo pueden llevar a un intento suicida, sino que también pueden influir en el desarrollo de problemas emocionales afectivos, los cuales están vinculados efectivamente con el suicidio, pero adicional a esto, afectan directamente la calidad y percepción de bienestar de las personas” aseguró la especialista.
En Colombia, según datos del Instituto de Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (INML – CF), correspondientes al primer trimestre de 2024, se registraron 712 casos de suicidio, de los cuales 205 fueron cometidos por jóvenes entre los 18 y 28 años, y 186 por personas de entre 29 y 44 años.
Para Koryn es importante visibilizar la prevención del suicidio por el porcentaje que estamos trabajando a nivel nacional e internacional “En enero de 2024, hemos observado un incremento del 11.3% en comparación con enero de 2023. Este aumento resalta la necesidad urgente de mejorar la visibilidad y detección temprana de los casos. A medida que la visibilidad del suicidio aumenta, es esencial que las personas estén equipadas con las herramientas necesarias para actuar adecuadamente cuando se enfrentan a una situación de crisis con un familiar o una persona cercana. La idea es brindar estas herramientas para que las personas puedan recibir esa primera atención, para promover estrategias orientadas a desarrollar actividades saludables que no necesariamente tengan que estar vinculados con la salud física, sino también con la salud mental y para que las personas empecemos a identificar, qué factores están vinculados con el riesgo”, enfatizó.
Por otro lado, la psicóloga explicó que, aunque algunas veces en las personas que se suicidan manifiestan señales de advertencia, la falta de educación y sensibilidad en la sociedad lleva a que estas señales no sean escuchadas o, en el peor de los casos, sean malinterpretadas y juzgadas. Esta falta de comprensión puede limitar la posibilidad de proporcionar apoyo psicológico o atención profesional adecuada.
“Debemos entender que la conducta suicida no está limitada a un perfil específico; cualquier persona puede experimentar estos pensamientos, independientemente de su situación. Es fundamental reconocer que las personas pueden comunicar sus intenciones de diferentes maneras, y a veces no lo hacen de forma directa. Sin embargo, es importante estar consciente de los mitos que rodean el suicidio, ya que estos pueden afectar nuestra percepción y respuesta ante señales de advertencia. Desmitificar estos conceptos erróneos es importante para brindar el apoyo adecuado y efectivo” aseguró Koryn.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha desarrollado recursos específicos para abordar el suicidio, reconociendo que las personas con intenciones suicidas a menudo no verbalizan sus pensamientos de manera directa.
Colombia tiene recursos
En Colombia existen recursos disponibles para las personas que están luchando con pensamientos suicidas y que no tienen acceso a una atención psicológica privada.
La atención psicológica a bajo costo ofrecida por universidades se conoce como la Red Isuap (Red de Instituciones de servicios Universitarios de Atención Psicológica). Esta red está compuesta por programas de psicología que brindan atención a través de consultorios, con servicios ofrecidos por practicantes de últimos semestres y estudiantes de posgrado en psicología. Este tipo de atención forma parte de un servicio social que proporciona herramientas y apoyo a quienes lo necesitan.
“Tenemos varias legislaciones donde tenemos derecho a asistir a solicitar cita psicológica y no se nos debe negar este derecho. Tenemos los psicólogos que atienden en las IPS y también hay otras líneas de atención de emergencia como el 1 2 3 para que nos remitan a atención psicológica, pero también la línea púrpura ha funcionado muy bien para generar este tipo de herramientas y que la persona se comunique en situación de crisis”, aseguró la experta.
Para finalizar, la especialista en psicología clínica explicó: “Actualmente, hay redes psicológicas que brindan atención telefónica, permitiendo que las personas reciban ayuda inmediata. La Línea Calma en Bogotá, enfocada en cultura ciudadana, y la Línea 106 de la Alcaldía de Bogotá, también ofrecen asistencia psicológica de primera mano. Durante 2023, estas líneas recibieron una gran cantidad de llamadas, reflejando la necesidad y utilidad de estos recursos.
Aunque estos servicios están disponibles, a veces no son fácilmente visibles o accesibles para todos. Es crucial aumentar la conciencia sobre estas herramientas para asegurar que quienes las necesiten puedan acceder a la atención adecuada en el momento oportuno”.