Por: Daniel Rojas Chía
Muchas son las voces que se generan frente a la lucha, sobre todo cuando estas se concentran alrededor de un fuego para evitar que el frío congele sus ruanas y sus intenciones de hacerse escuchar desde los caminos y las montañas. La anterior situación se presentó en el paro nacional agrario que género la población campesina en uno de los departamentos que todavía alimenta a su propia gente como lo es Boyacá.
Desde la construcción visual casi poética de las verdes e inmarcesibles tierras boyacenses de Colombia, la visión de la directora colombiana Victoria Solano, muestra la entrega por el amor a la tierra campesina de tres diferentes personajes que tienen mucho en común y algo que los une; el campo colombiano.
La cinta narra tres historias entrelazadas con emociones en común. Tres personas que, desde su visión, promueven un mundo al que cuidar, por el que sienten amor y que defienden desde niños. Así lo propone su directora con planos que hablan casi solos, construyendo una narración poética convirtiendo al campo y sus paisajes en un personaje más.
La cinta refleja una visión madura de la directora, construida entre planos cinematográficos que enmarcan momentos, contando las historias de las generaciones cobijadas por ruanas que los hacen resistentes a las indiferencias de su propio pueblo y su líderes estatales, logrando una firmeza característica de grandes seres humanos que sin dudarlo, se convirtieron en guardianes de la tierra que nos dio de comer a todos y que merece ser cuidado por las generaciones futuras y repensada por las presentes.
A diferencia de su primer trabajo hecho documental llamado 9.70 de 2013, donde Solano desarrolló una denuncia contundente en contra de reformas que al parecer entran en contravía hacia el campesino colombiano, su primer largometraje continua su legado, mostrando con una visión más paciente, la magia de su gente y su difícil contexto entre reformas poco equitativas y excusas de poder de quien tiene los recursos.
Gracias a estas luchas, la directora de cine Victoria Solano encontró en la construcción de su visión, cómo entrever el amor, el cuidado y el compromiso de personas que, a pulso, han salido adelante como el campesino en Colombia. Estas luchas muestran que por medio del trabajo digno de la tierra se hace necesario que vuelva a brotar este interés por lo que queda fuera de las ciudades y ‘Sumercé’ es una muestra de esfuerzo colombiano para ese ideal.
La película se estrenó el año pasado en Sheffield Inglaterra, transitando por los festivales de Berlín, Nuremberg y Lugano. También fue invitada en el Festival de Cine por los Derechos Humanos de Praga y desde hoy, 11 de junio, estará disponible en la plataforma Mowies.
Además de apoyar el cine nacional, esta película es una oportunidad de continuar apoyando estas nuevas visiones que son tan necesarias para la construcción de un país bueno para todos y que se necesitan para que se deje de esconder la realidad que se vende entre falsas promesas que solo benefician a unos pocos y perjudica a todo un país por generaciones.
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