Lina sufre de Parálisis Cerebral Espástica, un trastorno permanente que no tiene cura. Esta enfermedad le ocasiona, en muchas oportunidades, que no pueda desempeñar algunas actividades regulares.
A lo largo de sus veintiséis años, Lina ha tenido veintinueve cirugías en diferentes partes de su cuerpo. “Mi primera operación fue a los cuatro años porque tenía el síndrome de la bailarina, que me hacía caminar en la punta de los pies”, comenta.
Con todas las intervenciones su cuerpo comenzó a descompensarse a tal punto que estaba forzando la columna.
La familia de Lina siempre la impulsó a tener una rutina como cualquier persona. “Siempre me enseñaron que el estudio era importante, que era un derecho y un deber, pero en mi caso era muy difícil por el factor físico, social, cultural y un montón de imaginarios que habían alrededor de mi enfermedad”.
Con el tiempo Lina aprendió, como ella misma dice, a negociar con su inteligencia: comenzó a hacerle trabajos a sus compañeros menos aplicados para que ellos se convirtieran en sus protectores en caso de un posible maltrato. Esta estrategia le permitió concluir con su primaria y bachillerato con éxito.
Cuando Lina finalizó su educación básica y secundaria sus papas dijeron: “vamos a ver si puede con un técnico”, y cuando ella terminó con el técnico dijeron: “vamos a intentar con la universidad; paguemos el primer semestre, y si no puede, no pasa nada”.
Es así como Lina llega a UNIMINUTO a estudiar el programa de Psicología en la modalidad virtual y a distancia. Ella pensaba que su paso por la universidad iba a ser similar a su estadía en el colegio.
Lina se logró graduar de psicóloga en la modalidad a distancia con la Rectoría Virtual y a Distancia en diciembre del año pasado.
“Cuando yo empecé a buscar empleo, me decían cosas como: ‘es que no sabemos trabajar con gente como tú’, y yo les preguntaba: ‘¿A qué refieren con gente como yo?’; me decían: ‘con gente enferma. Eso duele, pero he aprendido a convivir con eso y salir adelante”.
Con mucho orgullo podemos decirles que Lina ya hoy cuenta con trabajo y fue aceptada tal como ella lo soñó: sin prejuicios ni imaginarios excluyentes.