Para muchos colombianos la mañana comienza con una taza de chocolate, o es el motivo para reunirse a la tarde para conversar en familia. En cualquier lugar, hora o momento una chocolatina, un helado o un postre de chocolate siempre viene bien.
Este producto, de origen amazónico, se ha convertido en los últimos años en una tabla de salvación para muchas familias campesinas, para grupos de personas que han dejado los cultivos ilícitos para volverse cacaocultores, y en general es un actividad agrícola que le ha cambiado la vida a muchas poblaciones en el país.
Hablando en cifras el año pasado se produjeron 63.416 toneladas, que provienen de 183.497 hectáreas sembradas, de las cuales 153.000 están en plena producción. Eso ha permitido que se satisfaga el mercado interno y tener excedentes para exportación. Y aún hay más. Es un cultivo que permite que los campesinos puedan tener un ganancia mayor, al vender productos terminados, como chocolate de mesa, chocolates especiales y de origen, confitería y hasta productos de belleza.
A diferencia de otros tipos de cultivos, el cacao tiene dos sellos fundamentales, la participación directa de las mujeres en toda la cadena productiva y como una actividad familiar arraigada a la tierra y que atrae a los jóvenes para seguir con esta industria agraria que es ambientalmente amigable con el planeta, el bosque y el agua.
El cacao colombiano es reconocido mundialmente por su calidad, sabores y aromas. Organizaciones como la ICCO le reconocen su calidad catalogado como cacao fino y de aroma, lo que también le ha permitido ganar en cuatro ocasiones el premio International Cocoa Awards al mejor cacao del mundo.
Mañana 7 de julio se celebra el día mundial del cacao, que sea un motivo para reconocer la labor de los cacaocultores que le han apostado a esta agro industria, que ayuda al medio ambiente, porque es allí de donde recibe sus aromas y particulares sabores, que un paladar agudo sabe diferenciar y disfrutar. Curiosamente, entre más se aprecia el sabor y el aroma, el cacao requiere menos azúcar tanto en el cacao en taza como en el de confitería.