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Crisis global que se va profundizando cada vez más

La globalización tiene ventajas de encuentros de culturas y comercio abierto, pero en este tiempo está mostrando una de sus facetas más complejas, la crisis financiera en toda sus posibilidades.

La secretaria del Tesoro de EE.UU., Janet Yellen, subrayó que “la máxima prioridad ahora debe ser reducir la inflación”, que definió como “inaceptablemente alta”, después de que se situara en junio en el 9,1 por ciento, una tasa no vista en Estados Unidos desde 1981. “Nuestro desafío más grande viene hoy de la guerra ilegal y no provocada lanzada por Rusia contra Ucrania”, dijo Yellen en una conferencia de prensa en la isla de Bali, antes del encuentro de los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales de las 20 mayores economías del mundo, el viernes y el sábado próximos.

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Yellen subrayó la importancia de hacer frente a los efectos en los precios de los alimentos y la energía generados por la invasión rusa de Ucrania.

“Así quedó reflejado ayer en las cifras de la inflación”, indicó Yellen sobre la tasa revelada el miércoles en Estados Unidos, un aumento muy influenciado por los precios energéticos, consideró, mientras afirmó que ese sería uno de los principales temas a tratar con sus colegas durante los próximos días en la isla de Bali.

Asimismo, la secretaria del Tesoro de Estados Unidos insistió hoy en la necesidad de acordar un mecanismo para imponer un tope al precio del crudo ruso que “ayude a los consumidores de todo el mundo” sin tener que incurrir en prohibiciones directas.

“Sin el tope a los precios (del crudo ruso), con una prohibición veríamos seguramente precios mucho más altos a nivel global”, dijo este jueves Yellen.

Yellen sostuvo que no han decidido “sobre un número adecuado” para el precio máximo de la venta de petróleo ruso, posibilidad ya contemplada en la declaración final del G7 tras su encuentro a finales de junio en Elmau (Alemania) para evitar prohibiciones del transporte del crudo desde Rusia.

La Comisión Europea recortó de nuevo sus previsiones de crecimiento para la eurozona para este año y, sobre todo, el siguiente, al tiempo que elevó aun más la inflación media esperada en 2022 y 2023 hasta el 7,6 % y el 4 %, respectivamente.

El impacto de la guerra rusa en Ucrania y el continuado aumento de los precios, especialmente de la energía y los alimentos, siguen pesando en las nuevas proyecciones macroeconómicas que el Ejecutivo comunitario ha desvelado este jueves (14.07.2022).

Así, la expansión del PIB que Bruselas espera para este año es ahora del 2,6 %, una décima menos de lo que calculó en mayo, mientras sitúa el crecimiento económico de 2023 en el 1,4 %, nueve décimas inferior a su estimación anterior.

La inflación continúa con su senda creciente y los servicios comunitarios creen que cerrará este año con una media del 7,6 %, frente al 6,1 % de mayo, para después suavizarse hasta el 4 % en 2023, que aun así es 1,3 puntos superior al cálculo de hace dos meses.

En el caso de la Unión Europea, las nuevas proyecciones de la Comisión Europea mantienen un crecimiento económico este año del 2,7 %, pero reducen ocho décimas la estimación para 2023, hasta el 1,5 %.

En relación al aumento de los precios, la CE cree que se situará en el 8,3 % este año y en el 4,6 % el siguiente, frente al 6,8 % y el 3,2 % que calculaba hace dos meses.

A pesar de este escenario, la Comisión Europea cree que todas las economías de la UE se expandirán este año y el siguiente, aunque a un ritmo menor este año y con tasas de crecimiento del PIB que oscilarán entre el 6,5 % de Portugal y el 1,3 % de Suecia.

Así, el en grupo de cabeza se situarán, además de Portugal, Eslovenia (5,4 %), Irlanda (5,2 %), Hungría y Polonia (5,2 %), Malta (4,9 %), España y Grecia (4 %), Letonia y Rumanía (3,9 %), Austria (3,7 %), Croacia (3,4 %), Chipre (3,2 %), Países Bajos y Dinamarca (3 %), Italia (2,9 %) y Bulgaria (2,8 %).

Por su parte, por debajo de la media comunitaria estarían Luxemburgo (2,6 %), Francia (2,4 %), Bélgica y República Checa (2,3 %), Lituania y Eslovaquia (1,9 %), Finlandia (1,8 %), Estonia (1,6 %), Alemania (1,4 %) y Suecia (1,3 %).

Mientras la economía de África subsahariana lucha para recuperarse de la recesión de 2020 provocada por la pandemia de COVID-19 (coronavirus), la región ahora se enfrenta a nuevos desafíos para el crecimiento económico, agravados por la invasión rusa de Ucrania.

En la edición más reciente de Africa’s Pulse (El pulso de África) del Banco Mundial, un análisis semestral del panorama macroeconómico a corto plazo de la región, se estima un crecimiento del 3,6 % en 2022, lo que representa una disminución respecto del 4 % registrado en 2021, mientras la región continúa haciendo frente a nuevas variantes de la COVID-19, la inflación mundial, interrupciones de suministros y crisis climáticas. A los desafíos para el crecimiento se suma el alza de los precios de los productos básicos a nivel mundial, que desde el inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania vienen aumentando a un ritmo más acelerado.

Las economías subsaharianas también se vean afectadas por el endurecimiento de las condiciones internacionales y la reducción de los flujos financieros extranjeros que ingresan a la región, el análisis indica que los altos precios de los combustibles y los alimentos se traducirán en un aumento de la inflación en los países africanos, lo que perjudica a las personas pobres y vulnerables, especialmente las que viven en zonas urbanas.

“En este contexto, en el que los países de África enfrentan una constante incertidumbre, interrupciones de suministros y un fuerte incremento de los precios de los alimentos y fertilizantes, la política comercial podría desempeñar un papel clave garantizando el flujo libre de alimentos a través de las fronteras de toda la región. En medio de un espacio fiscal limitado, los encargados de formular las políticas deben recurrir a soluciones innovadoras, como la reducción o exención temporal de los aranceles de importación de alimentos básicos, para proporcionar alivio a los ciudadanos”, declaró Albert Zeufack, economista en jefe del Banco Mundial para África.

El análisis indica que la recuperación sigue siendo desigual e incompleta y tiene lugar a distintos ritmos en la región. En cuanto a las tres principales economías de la región (Angola, Nigeria y Sudáfrica), se espera que en 2022 el crecimiento de Sudáfrica se reduzca 2,8 puntos porcentuales como consecuencia de las persistentes limitaciones estructurales, y que Angola y Nigeria sigan creciendo como hasta ahora, con una suba de 2,7 y 0,2 puntos porcentuales, respectivamente, en parte gracias a los elevados precios del petróleo y el buen desempeño del sector no petrolero. Los países ricos en recursos naturales, en particular sus sectores extractivos, mostrarán un mejor desempeño económico a raíz de la guerra en Ucrania, mientras que la actividad económica de los países que no cuentan con grandes riquezas naturales experimentará una desaceleración.

Sin incluir a Angola, Nigeria ni Sudáfrica, se prevé que el crecimiento a nivel regional será del 4,1 % en 2022 y del 4,9 % en 2023. La subregión de África oriental y meridional muestra una recuperación sostenida de la recesión: tras el 4,1 % registrado en 2021, pasará a un 3,1 % en 2022 y se situará en alrededor del 3,8 % en 2024. Se espera que la República Democrática del Congo y Zambia se beneficien del aumento de los precios de los metales en el corto y mediano plazo y obtengan ventajas de la transición hacia la reducción del uso de combustibles fósiles en el largo plazo. A su vez, se espera que en 2022 Rwanda y Seychelles registren la disminución más significativa, a saber, un 4,1 % y un 3,3 %, respectivamente.

Por su parte, se prevé que la subregión de África occidental y central crecerá un 4,2 % en 2022 y un 4,6 % en 2023. Si no se incluye a Nigeria, la subregión crecerá un 4,8 % en 2022 y un 5,6 % en 2023. La trayectoria de crecimiento de Camerún, que tiene una economía relativamente diversificada, muestra un desempeño sólido sostenido, que llegará al 4,4 % en 2024. Por otra parte, se prevé que la economía de Ghana cobrará impulso en 2022 con un crecimiento del 5,5 %, que luego bajará gradualmente al 5 % en 2024, cifra inferior al 7 % registrado antes de la pandemia.

Fuente: prensa internacional

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