Escucha nuestras emisoras: 🔊 AUDIO EN VIVO |

Escucha nuestras emisoras: 🔈 BOGOTÁ 1430 AM | 🔈 CUNDINAMARCA 1580 AM | 🔈 TOLIMA 870 AM | 🔈 SOACHA | 🔈 NEIVA | 🔈 SOLO MÚSICA

Una realidad climática que requiere acciones importantes en nuestro continente

América Latina y el Caribe están rodeados por los océanos Pacífico y Atlántico, y el clima está influenciado en gran medida por las temperaturas superficiales del mar predominantes y los fenómenos de acoplamiento atmósfera-océano a gran escala conexos, como El Niño-Oscilación del Sur (ENOS).

2022 fue el tercer año consecutivo bajo los efectos de La Niña. Ello estuvo asociado a temperaturas del aire más elevadas y a déficits de precipitación en el norte de México, a un período prolongado de sequía en gran parte del sureste de América del Sur, y a un aumento de las precipitaciones en alguna zonas de América Central y de la región septentrional de América del Sur y en la región amazónica.

- Patrocinado -

La población de América Latina y el Caribe debe ser más consciente de los riesgos relacionados con el clima, y es preciso que los sistemas de alerta temprana de la región se fortalezcan y lleguen a las comunidades que más los necesitan. Solo el 60 % de la población goza de la cobertura de sistemas de alerta temprana de peligros múltiples, según datos de 2020.

En 2022, se notificaron en la región 78 peligros meteorológicos, hidrológicos y climáticos, según la Base de Datos Internacional sobre Eventos de Emergencia (EM-DAT) del Centro de Investigación sobre la Epidemiología de los Desastres (CRED).

De ellos, el 86 % correspondía a fenómenos relacionados con tormentas y crecidas y representaba el 98 % de las 1 153 víctimas mortales documentadas en la base de datos.

Los daños económicos por valor de 9 000 millones de dólares notificados a la EM-DAT se debieron principalmente a la sequía (40 %) y a las tormentas (32 %). Se supone que las cifras reales relacionadas con los impactos de los fenómenos extremos son mayores debido a la infranotificación de datos y a que no se dispone de datos sobre los impactos con respecto a algunos países.

El 2022 un año complicado por la crisis climática en el continente

La sequía prolongada perjudicó a importantes sectores económicos como la agricultura, la energía, el transporte y el abastecimiento de agua.

En el Brasil, el índice de producción agrícola cayó un 5,2 % en el primer trimestre de 2022, con respecto al mismo período de 2021, debido a la disminución de la producción de soja y maíz.

La sequía en la cuenca del Paraná-Plata en el sureste de América del Sur, uno de los principales graneros del mundo, fue la peor desde 1944. El descenso de la producción hidroeléctrica debido al bajo caudal de los ríos obligó a sustituir las fuentes de energía hidroeléctrica por combustibles fósiles, lo que obstaculizó los esfuerzos de transición energética hacia emisiones netas cero.

Fue el cuarto año más seco jamás registrado en Chile, que sufre una megasequía desde hace 14 años, lo cual la convierte en la sequía más larga y grave de la región en más de 1 000 años.

Olas de calor e incendios forestales: En enero, noviembre y diciembre de 2022, la región meridional de América del Sur sufrió olas de calor largas e intensas.

Las temperaturas excepcionalmente altas, la baja humedad del aire y la grave sequía dieron lugar a períodos de incendios forestales sin precedentes en muchos países suramericanos. En enero y febrero, tanto la Argentina como el Paraguay registraron un aumento de más del 250 % en el número de zonas críticas detectadas con respecto al promedio de 2001-2021. Las emisiones de CO2 de los incendios forestales de enero a marzo fueron las más altas de los últimos 20 años. Bolivia y Chile también experimentaron un enorme aumento de los incendios forestales durante las olas de calor de noviembre y diciembre de 2022.

Las emisiones globales en la Amazonia brasileña se acercaron al promedio de 2003-2021. No obstante, el estado de Amazonas experimentó las mayores emisiones totales de la temporada de incendios de julio a octubre de los últimos 20 años, que ascendieron a algo más de 22 megatoneladas, casi cinco megatoneladas más que el valor máximo anterior de 2021.

La capacidad de energía renovable aumentó un 33 % entre 2015 y 2020. Sin embargo, es necesario acelerar el ritmo, ya que se prevé que la demanda de electricidad aumente un 48 % de 2020 a 2030. Además del considerable potencial hidroeléctrico en América Latina y el Caribe, existen recursos solares y eólicos sin explotar, que representaron el 16 % de la generación total de energía renovable en 2020.

Fuente: Organización Meteorológica Mundial

| Nota del editor *

Si usted tiene algo para decir sobre esta publicación, escriba un correo a: radio@uniminuto.edu

Otros contenidos

Contenidos populares