World Vision es una organización de ayuda humanitaria que se centra en la protección y el bienestar de los niños y niñas. A través de programas y proyectos, buscan generar acciones que minimicen los riesgos a los que están expuestos, trabajando tanto con los padres y cuidadores como con los propios niños y niñas. Su objetivo principal es eliminar la violencia contra los niños y niñas, incluyendo el castigo físico, y promover nuevas pautas de crianza.
Bajo el modelo de crianza con ternura, esta ONG trabaja no solo en transformar la mentalidad y los procesos de crianza de los adultos, sino también en involucrar a los niños y niñas en estos procesos a través de la ternura. La ternura va más allá de un simple abrazo, implica acciones de protección, como el cuidado a través de una buena alimentación y el brindarles un entorno seguro. Se busca que tanto los adultos como los niños y niñas reconozcan las pautas de crianza de su infancia y puedan generar nuevas formas de cuidado.
El proyecto “Esperanzas y Fronteras” de World Vision se enfoca en la protección de los niños y niñas migrantes en diversas regiones del país, desde Ipiales hasta Cúcuta. Buscan fortalecer las capacidades de los padres y cuidadores, acompañar a los niños y niñas, especialmente a aquellos que están solos o separados de sus familias, y promover la reunificación familiar a través de procesos en colaboración con el ICBF. Además, trabajan en procesos de estabilización con la población que tiene la intención de quedarse en el país.
En el caso de Zipaquirá, durante la feria de servicios, World Vision está presente con un espacio amigable para los niños y niñas migrantes. Este espacio busca generar un ambiente seguro y acogedor en medio de las dificultades y conflictos que han vivido, y también brindarles mensajes de protección. Durante la jornada, se ofrece el modelo de crianza con ternura para padres y cuidadores, junto con el espacio amigable para los niños y niñas.
Si bien en la actualidad su participación en Zipaquirá es temporal, World Vision ha estado en diálogo con organizaciones locales para evaluar la posibilidad de establecer una presencia más permanente en la zona. La decisión final dependerá de los socios locales y las condiciones específicas del territorio.
Cuando se trata de los niños migrantes, esta organización ha evidenciado que más allá de las carencias económicas, hay una ruptura cultural que afecta su experiencia como niños y niñas. Han tenido que caminar durante días y semanas, lo que transforma su perspectiva de la infancia y los expone a mayores riesgos.