11 polaroids cuenta la historia de Blas (Quique Mendoza), un fotógrafo retirado que trabaja revelando rollos de contenido explícito que le llegan en sobres anónimos a través de un tercero llamado Toni, ‘El turco’ (Juan Manuel Barona).
La historia tiene lugar en Tottenham, un barrio en los suburbios al norte de Londres durante los 80’s, época en la que surge el boom de la fotografía analógica. Al revelar uno de los rollos, Blas descubre a Eco (Kim Arévalo), su joven hija a la que le ha perdido el rastro cuatro años atrás.
Para poder encontrarla, Blas se apoya en Malka (Luisa Fernanda García), una mujer de edad que vive en la calle. Malka, haciendo uso de una cámara instantánea, consigue cinco posibles sospechosos. Blas entonces se da a la tarea de buscarla. El cronotopo de la pieza busca alejar al espectador de un contexto social determinado para que pueda enfocarse en el mundo interior de los personajes.
La obra juega con la ambivalencia, permitiendo que sea el público quien formule sus propios juicios. Es una obra recomendada para mayores de 15 años.
Este premio de escritura será llevado a las tablas por primera vez. La obra enfrenta temas muy profundos sobre la condición humana y sobre las relaciones personales. Es, además, un híbrido entre el teatro y la cinematografía, permitiendo que el espectador tenga una experiencia multisensorial e inmersiva.
La realización de la pieza se valdrá de un conjunto de disciplinas como: la instalación audiovisual, la exposición fotográfica, el mapping, el diseño sonoro inmersivo, la escenografía, la dramaturgia y los actores en escena. Nos cuenta Kim Arévalo, directora.