Por: Sonia Milena Torres
Transmilenio se ha convertido no solo en el servicio de transporte público más usado por los bogotanos, sino en punto de referencia para aquellos que no conocen de direcciones y se guían por fachadas de casas, nombres de establecimientos comerciales, puestos de comidas y, ahora, nombre de las estaciones de Transmilenio.
Pero ¿a qué se debe que la estación se llame Marly, Museo Nacional, Movistar Arena, Prado, Minuto de Dios, Sena y demás nombres que componen las 12 troncales de Transmilenio?
En palabras de la propia empresa “las estaciones y portales del Sistema son susceptibles de explotación comercial en lo referente a publicidad, esta posibilidad se enmarca desde el punto de vista normativo tanto en el acuerdo 4 de 1999, el decreto 831 de 1999 y en el decreto 552 de 2018 de los Estatutos de la sociedad TRANSMILENIO S.A.”, sin embargo, hace unos meses algunas estaciones cambiaron de nombre, por ejemplo, Profamilia ahora se llama Calle 34 y la Estación Cardio Infantil cambió a Estación Calle 161.
El cambio se debe a que las instituciones dejaron de pagar el derecho de uso de nombre en el Sistema y, hasta el momento, solo tres estaciones siguen teniendo este derecho: El Tiempo-Maloka, Universidad Antonio Nariño y Movistar Arena. Transmilenio “lleva a cabo alianzas que le permitan a una compañía o entidad reconocida, patrocinar una estación o portal del Sistema, con lo cual, ésta incluiría en su denominación el nombre de la compañía o del producto o servicio que proponga y sea aceptado por TRANSMILENIO S.A.”
Además del nombre de la compañía en la estación, también obtendrá beneficios relacionados con el arrendamiento de espacios de comercialización, espacios publicitarios y difusión de marca a lo largo de toda la infraestructura del sistema.
En un comunicado de Transmilenio obtenido por Dateáte, se aclara el proceso para efectuar el cambio de nombre de las estaciones o portales que parte de una propuesta comercial presentada por el interesado y en adelante se genera la negociación. Para determinar el valor del nombre de la estación se tienen en cuenta:
- Los costos de instalación y desinstalación que involucra el cambio del nombre en la infraestructura de la estación o portal.
- Los costos asociados al cambio en la señalética de todo el Sistema (dispositivos visuales y sonoros, de la flota y las estaciones, publicaciones en páginas web redes sociales, entre otros).
- La monetización del impacto visual por tráfico de la estación o portal de interés.
- El público impactado.
El interesado debe presentar la documentación propia para poder efectuar el estudio de cliente y de la propuesta y, luego de recibidas las aprobaciones de los competentes, se procede a la elaboración y firma del contrato que generalmente es de mínimo 3 años hasta 10 años.
Sin embargo, Transmilenio aclara que los nombres de las estaciones obedecen a las acciones adelantadas para que sean referentes públicos de la capital, como estrategia de ubicación de los usuarios y visitantes esporádicos de la ciudad.