Por: Luisa María Contreras Ospina
13 de mayo, 11.30 pm
Julio recibe una llamada de Óscar, dónde, con la voz cortada y llanto, le dice que lastimosamente Armando mató a César, que no le puede explicar bien en ese momento, y que necesita que se vaya para allá.
Julio desconcertado llama a Cristian, su otro hijo, y le cuenta. En medio de la desesperación de Julio y su familia deciden no contarle a Alcira, la madre de César. Solo le dicen que está herido que tuvo un accidente, pero que no era para preocuparse.
Minutos más tarde Julio y su familia emprenden el viaje más largo de su vida. Las carreteras se hacían eternas y parecía que el tiempo no pasaba. El silencio se adueñaba del momento y en el carro que iba Julio todos lloraban desconsolados, no se explicaban por qué Armando lo había matado. En el otro carro era más difícil la situación, iba Alcira con la esperanza de que a su hijo no le hubiera pasado algo grave.
A las 5:50 am, entre niebla, frío y temor de ver lo que había pasado, la familia de César llega al caserío. Un retén de la guerrilla los estaba esperando, pues en ese tiempo la Calipsa, como se le llama al lugar, tenía presencia de este grupo armado.
Al entrar al caserío dan permiso para abrir una tienda y poder venderles un café, en ese momento el guerrillero pregunta si son la familia del muerto, Alcira mira a Julio con lágrimas en los ojos y comienza a gritar: -Mi hijo no, el no. Julio la abraza muy fuerte y ella se desploma.
Luego de eso los hacen seguir a la morgue para reconocer el cuerpo; entra Julio, sus hijos, el tío de César y dos primos. Levantan el plástico y ahí está. Julio grita desconsolado, pidiéndole perdón por haber peleado con el ese día, sus hermanos lo lloran, su tío y sus primos también. En ese momento entra Alcira, lo abraza y le dice que se la lleve a ella también, que los hijos nacen para enterrar a los padres y no los padres a los hijos.
El encargado dice que la carroza llega en una hora para recogerlo, que deben esperar afuera.
Con el alma destrozada, Alcira, su esposo y el resto de la familia salen de la morgue. Una hora más tarde llega la carroza, recogen a César y se lo llevan. Julio intenta hablar en la Estación de Policía para saber por qué habían matado a su hijo, pero el capitán le dice que tiene que esperar un rato porque está muy ocupado con otro civil. Julio, por medio de las rejas, ve a lo lejos a Armando que se había entregado.
Como pudo empujó la puerta, en una mesa había unas tijeras, Julio las coge y se lanza contra Armando gritándole “asesino”, los policías logran coger a Julio y sacarlo de ahí. Minutos más tarde llega una patrulla y se lo lleva rumbo a Bogotá.
El capitán habla con Julio, le cuenta por qué lo mataron, cómo fue; le dice que los hombres que estaban con él no se dieron cuenta en qué momento Armando había sacado el cuchillo, que todo fue por una relación amorosa que sostenían los dos con la misma mujer. Que a César lo entregan al día siguiente porque tienen que hacer la autopsia para saber qué puñalada había sido la causante de que se desangrara de esa manera.
El resultado de la autopista arroja que la herida mortal que le ocasionó la muerte fue al lado de la ingle, dónde una arteria vital fue reventada. Que otra de las heridas fue en el pulmón, dónde la profundidad alcanzó a atravesarlo. César fue entregado a su familia el 15 de mayo, dónde se realizó su funeral y el 16 de mayo, el día del cumpleaños de Alcira, fue enterrado en Zipaquirá.
Armando actualmente paga una sentencia de 27 años de prisión, pero por a su deterioro de salud, está en proceso la medida de casa por cárcel.