Por: Angie Aguirre, Alejandro Rincón, Jonathan Prieto y Damián Piamonte
Recientemente, CSW Ha presentado un informe detallado en el que se destaca la importancia de incluir a las mujeres en la toma de decisiones en los ámbitos político, económico y social. El informe resalta la necesidad de aplicar políticas inclusivas que aborden la igualdad de género y promuevan la participación activa de las mujeres en la sociedad.
El Consejo de Mujeres ha instado a la ONU y a los gobiernos a tomar medidas concretas para garantizar la igualdad de género de las mujeres en todo el mundo.
En medio de la presentación del informe, los ojos del mundo recibieron una noticia, para muchos inesperada: Arabia Saudita presidirá el Foro de la Igualdad de Género en 2027, uno de los más importantes del mundo, un hecho sin precedentes y sin grandes cuestionamientos por parte de las naciones que integran la ONU.
La nación árabe y su designación
Arabia Saudita, también conocida como Arabia Saudí, está ubicada en Asia occidental. Comparte fronteras al norte con Irak, al noreste con Jordania, al este con Kuwait, Qatar y Emiratos Árabes Unidos, al sureste con Omán y al sur con Yemen.
Además de ganar la candidatura para el Foro de la Igualdad de Género, el Reino de Arabia ha tenido una gran visibilidad mundial gracias a la organización de majestuosos eventos deportivos y espectáculos que han cobrado notoriedad en los últimos años.
Este país, durante décadas ha sido conocido principalmente por su vasta riqueza petrolera, que ha sustentado su economía y ha sido el pilar de su desarrollo. Sin embargo, con la volatilidad del mercado petrolero y la necesidad de prepararse para un futuro de transiciones energéticas, el reino ha buscado diversificar su economía y aprovechar otros ingresos como el turismo y el entretenimiento.
Es por esto que, la candidatura para albergar eventos deportivos, espectáculos internacionales y foros en pro de derechos humanos forma parte de esas estrategias de diversificación. Al atraer eventos de renombre mundial, como carreras de Fórmula 1, torneos de golf y conciertos de artistas internacionales, Arabia Saudita busca mejorar su imagen en el escenario global, promover el turismo y seguir atrayendo inversiones extranjeras.
¿Hoy en día existe la inclusión allí?
Para abordar el tema de la inclusión es necesario conocer la realidad presente en este país del Medio Oriente, y cuestionar cómo manejan las políticas de vestimenta para las mujeres, las leyes, la religión, la educación y el acceso al trabajo.
Arabia Saudita sigue siendo una sociedad profundamente conservadora, donde las mujeres enfrentan restricciones significativas en términos de vestimenta, movilidad y participación en la vida pública. Además, las leyes saudíes están basadas en una interpretación estricta del Islam, que influye en todos los aspectos de la vida. Esto se refleja en la segregación de género en espacios públicos, la imposición del código de vestimenta islámico, hijab para las mujeres, así como restricciones a la libertad de expresión y religión.
En el ámbito educativo, el sistema está controlado por el Estado y está diseñado para promover una visión ligada al islam y a los valores del Corán. Las escuelas y universidades están segregadas por género y la enseñanza de una ideología religiosa conservadora son características distintivas del sistema educativo saudí.
En cuanto al acceso al trabajo, las mujeres enfrentan barreras significativas debido a las restricciones impuestas por la ley y la cultura. Aunque se han implementado algunas reformas para permitir una mayor participación de las mujeres en la fuerza laboral, siguen enfrentando discriminación en términos de oportunidades de empleo y acceso a roles de liderazgo.
El cuestionamiento se mantiene presente, a pesar de que la selección de este país como anfitrión del Foro de la Igualdad de Género no tuvo alguna negativa por parte de los otros países de la ONU. ¿Será que la realidad de la mujer saudí se transformará significativamente con este intento por cambiar la percepción estigmatizada del país?
Según Human Rights Watch, organización internacional e independiente, este país es un claro ejemplo de discriminación sistemática hacia las mujeres y adicionalmente señalan que son persecutores de los activistas que intentan defender sus derechos.
Los saudíes llegan a ocupar la presidencia de este foro, luego de que Filipinas decidiera no continuar a causa de que su participación como integrante de la comisión caduca en 2024. La CSW está conformada por un total de 45 naciones divididas en bloques regionales:
- 11 países del continente asiático
- 13 países del continente africano
- 9 países de América Latina y el Caribe
- 12 países del continente europeo
¿Quiénes se han opuesto?
Durante las últimas semanas, el movimiento global Amnistía Internacional compartió un comunicado de prensa en el que rechazaba con rotundidad los ataques continuos a los derechos humanos de las mujeres en el Reino de Arabia Saudita. Son varios los defensores de derechos humanos que se han opuesto a esta elección, Amnistía Internacional uno de ellos.
¿En qué consiste Amnistía Internacional?
Es un movimiento global que cuenta con más de 10 millones de personas comprometidas con un futuro en el que todos disfruten en plenitud de los derechos humanos. Se caracteriza por sacar a relucir las violaciones de derechos que se dan en los distintos gobiernos del mundo. “No hay gobierno libre de escrutinio. Sacamos a relucir la verdad. Exigimos que quienes violan derechos humanos rindan cuentas”, señala este movimiento en su página web.
Según la directora adjunta para el Trabajo de Incidencia de Amnistía Internacional, Sherine Tadros, muchas de las leyes que las autoridades han promovido en este país afianzan la discriminación en aspectos de la vida familiar debido a que no protegen a las mujeres de la violencia en ámbitos como el matrimonio. La mujer tiene desventajas a la hora de pedir la custodia de sus hijos tras la ruptura de un matrimonio.
Las mujeres saudíes que han mostrado su apoyo a los derechos de sus congéneres han sido condenadas a largas penas de cárcel, que han sido documentadas por Amnistía Internacional. Es el caso de Manahe Al-Otabi, quien será juzgada por twittear un comentario en apoyo a los derechos de la mujer y por subir una fotografía sin la abaya en la red social de Snapchat.
“Las autoridades de Arabia Saudí también deben acabar con la represión de la libertad de expresión y dejar libres a todas las personas detenidas injustamente por expresar sus opiniones, incluido su apoyo a los derechos de las mujeres”, señaló Tadros.
Con respecto a la carta emitida por CSW a la ONU, la directora adjunta sentenció: “La Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer tiene un mandato claro: promover los derechos de las mujeres y la igualdad de género, y es fundamental que el país que la preside lo cumpla. El terrible historial de Arabia Saudí en la protección y la promoción de los derechos de las mujeres pone de manifiesto el gran abismo que separa la realidad que viven las mujeres y las niñas, con las aspiraciones de la Comisión”.
La igualdad de género en Arabia Saudita ha sido un tema de debate y preocupación durante décadas. Aunque el país ha tomado medidas para mejorar los derechos de las mujeres en los últimos años, aún enfrenta críticas significativas en este ámbito.
Arabia Saudita ha implementado algunas reformas significativas en los últimos años para mejorar los derechos de las mujeres. Por ejemplo, en 2018 se levantó la prohibición de conducir que tenían impuesta, lo que marcó un hito importante en el camino hacia la igualdad de género. Además, se han introducido reformas legales para otorgarles mayores libertades, como el derecho a viajar sin el consentimiento de un tutor masculino y el acceso ampliado a la educación y el empleo.
A pesar de estos avances, persisten importantes desafíos en materia de igualdad de género en Arabia Saudita. Las mujeres todavía enfrentan numerosas restricciones legales y sociales que limitan su autonomía y libertad. Por ejemplo, el sistema de tutela masculina sigue vigente en muchas áreas de sus vidas, lo que les impide tomar decisiones importantes sin el permiso de un hombre, ya sea su padre, esposo o hijo. Esta estructura patriarcal profundamente arraigada continúa perpetuando la desigualdad de género en el país.
Las mujeres sauditas siguen enfrentando discriminación en el ámbito laboral, con barreras significativas para acceder a ciertos puestos y sectores de la economía. A pesar de los esfuerzos para promover su participación en la fuerza laboral, la brecha de género en el empleo sigue siendo considerable.
Mientras que Arabia Saudita ha tomado medidas importantes para mejorar los derechos de las mujeres en los últimos años, aún queda mucho por hacer para lograr la plena igualdad de género en el país. Es fundamental que el gobierno saudita continúe implementando reformas significativas y aborde las barreras legales y sociales que perpetúan la discriminación de género. La comunidad internacional, incluida la ONU, debe seguir presionando a Arabia Saudita para que cumpla con sus obligaciones en materia de derechos humanos y garantice la igualdad de género en el país.