Jorge Luis Borges sólo tenía siete años cuando leyó El Quijote. Lo hizo en castellano antiguo, pero, ante la dificultad de entenderlo todo, entonces lo leyó en inglés.
Y amó su contenido. Y admiró a su autor: el soldado español que perdió su brazo en la guerra de Lepanto. El hombre sin mayor educación ni visos de intelectual que sin embargo escribió una de las mayores obras de la literatura mundial de todos los tiempos.
Así lo expuso el argentino Eduardo Álvarez Tuñón, en una intervención que mereció aplausos por la sencillez y lo compacto de su exposición.
Uniminuto Radio 1430AM, la estación universitaria habló con él, y esto dijo en recomendación a los jóvenes estudiantes de periodismo: