Calidad, durabilidad, garantía, son características de la industria nacional que se ha visto afectada por el comercio asiático que invade estantes, de grandes superficies tanto, como el negocio callejero.
Espacio de Opinión habló con comerciantes de San Victorino en almacenes e islotes en los que prima la producción nacional.
Ellos, denuncian la desidia gubernamental en cuanto al control de los productos asiáticos, y aseguran que los mismos comerciantes chinos afirman que en Colombia, “todo se arregla con dinero”.
Resaltan la forma en que los asiáticos tienen dinero suficiente para comprar conciencias y espacios y que, incluso muchos colombianos aceptan sumarse a ellos con el mismo argumento: billetes.
Sus palabras hacen un llamado a la consciencia con base en la calidad, pero también porque muchas familias intentan consolidar su economía elaborando ropa y calzado, con base en el trabajo de familias enteras: desde los abuelos hasta los más jóvenes.
Experiencias de control a la “invasión asiática” se han hecho notorias en Bucaramanga, a tiempo que actualmente los comerciantes de calzado del barrio Restrepo también lo intentan, a sabiendas de que en Bogotá, la situación es mucho más compleja, por la extensión de la ciudad y la amplia variedad de sitios de comercio.
En busca de la solidaridad general, los comerciantes de San Victorino se han movilizado en distintas oportunidades logrando llamar la atención de los consumidores, y, con satisfacción anotan que en el pasado mes de diciembre muchos compradores se aseguraron de comprar nacional, y no chino. Pero aún falta consciencia, dicen ellos, por lo que no cesarán en su protesta pacífica y en la repetición de campañas como “Colombiano compra colombiano”, a la que Uniminuto Radio 1430 AM, se sumó.
Dijeron también los entrevistados para este espacio, que su problema no es con la población china, sino con la competencia desleal en la que se convierte la venta de productos a precios irrisorios que no les permiten competir.
Sus conceptos y llamados, los compartimos aquí: