Venezuela nuevamente es escenario de protestas y disturbios en diferentes lugares de su geografía, especialmente en Caracas. Según el Observatorio de Conflictos Sociales (OVCS), una organización no gubernamental, al menos 13 personas perdieron la vida en esta semana.
El miércoles 23 Juan Guaidó, se convirtió en el portador de esperanza para cientos de personas que apoyan la oposición y se manifiestan en contra del gobierno socialista de Maduro, al que culpan de la mala situación económica, la represión y la mayor inflación a nivel mundial que tenga país alguno. Según el FMI llegará a 10 millones %.
El presidente estadounidense, Trump, dijo en una declaración: “La sociedad venezolana ha alzado valientemente la voz contra Maduro, y ha pedido libertad y un Estado de Derecho”, afirmando que apoyaba completamente a la oposición en las acciones que crean pertinentes para asumir el gobierno del país. No obstante un grupo de 70 intelectuales e historiadores se unen a la petición de Noam Chomsky al Gobierno de estadounidense de no interferir en la política interna venezolana y más bien apoyar un diálogo entre Gobierno y oposición.
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Sin embargo, los seguidores de Maduro también salieron a la calle el miércoles, celebraron el fin de la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez, derrocado el 23 de enero de 1958 y Nicolás Maduro le pidió a sus partidarios que defiendan a su gobierno y al socialismo.
Europa no ha sido ajena a esta situación, a diferencia de la decisión de varios países de América no reconoce a Juan Guaidó como presidente venezolano, sino que hace “un llamado urgente a dar inicio inmediato a un proceso político que lleve a elecciones libres y creíbles, en conformidad con el orden constitucional”.
De igual manera Alemania, España y Francia anuncian que en caso de que no se convoquen elecciones en Venezuela en “ocho días”, reconocerán al líder de la Asamblea Nacional venezolana, Juan Guaidó, como presidente de Venezuela.