Llega a las salas de cine un largometraje que desde el primer momento se sabe de qué trata. Es imposible no referirse a películas con esta temática como Tarántula (1965), el clásico Aracnofobia (1990), o la entretenida El ataque de las arañas (2002), entre otras.
La película francesa, dirigida por el galo Sébastien Vanicek, no niega su potencial narrativo como la fobia a estos animales, que pueden salir o entrar de cualquier lugar, que en este caso pretende llevar al espectador a diferentes picos de tensión para que llegue lo inevitable.
Arácnidos presenta a Kaleb (Théo Christine), que está a punto de cumplir 30 años y que nunca ha estado más solitario en la vida. Se la pasa peleando con su hermana por una herencia, y ha cortado los lazos con su mejor amigo. Es un apasionado por los animales exóticos y un día mientras busca unos prendedores se encuentra con una araña. Cuando llega a casa, la araña, muy venenosa, de una especie que se reproduce con gran velocidad, accidentalmente escapa. Los habitantes del edificio donde Kaleb vive, intentarán sobrevivir a una plaga que se sale de control.
La cinta inicia con una tensión entre personajes que alcanza cierta profundidad cuando comienzan a entrelazarse los lazos entre ellos, que encuentra un punto dramático en la tensión de lo que viene después.
Uno de los aciertos de la película es que los personajes arácnidos están presentes, así no aparezcan en pantalla, cuya presencia se vuelve más intensa mientras avanza la cinta, pero solo la dirección de Vanicek hace entretenido lo predecible y logra una buena tensión entre los personajes humanos y los arácnidos que van llenando la pantalla.
Lamentablemente cuando los recursos son repetitivos, pierden la capacidad de captar la atención de la audiencia, y eso parece pasar en la última parte de la película cuando intenta sostenerse con la parte emotiva de los personajes, que, en mi opinión no fue suficiente, y la película entra en giros narrativos que no están sustentados, perdiendo el ritmo que llevaba, cayendo en salidas simples y predecibles.
Arácnidos cumple con crear atmósferas y momentos no aptos para personas que sufren de aracnofobia, haciendo de estos animales de varias patas los reales protagonistas, pero que no es contundente en cómo quedarse con esa idea incómoda que están en todas partes.
Sin duda es un logro con el corto presupuesto, y puede que sueñe luego de ver la película con cientos de arañas que le persigan. Puede mirarla y probar su resistencia con estos artrópodos tan poco queridos por tantos humanos.