Luego de consolidar una forma entre la imagen y sus personajes de acción, como en Kingsman y Kick-Ass, el director británico Matthew Vaughn, trae ahora Argylle, una superproducción original de Apple Films que sigue incursionando en géneros cinematográficos luego de Killers in the flower moon y Napoleón, entre otras, acompañado de Universal y de grandes nombres en la industria para dar más de una sorpresa.
En el tráiler, que no miente, aparece una constelación de estrellas que le proponen al espectador una película llena de acción y vértigo, pues en su desarrollo las secuencias de acción son nutridas y constantes, que no opacan la trama, que cuenta la historia de un famoso espía, que es contada por una escritora que recrea ese meta universo dentro de su mente, que a su vez interactúa con un thriller ¿Me siguen?
Debo aceptar que mientras avanzaba, la cinta me parecía genérica, repetitiva y claramente exagerada, ¡y así tenía que ser! Vaughn desarrolla una historia con cautela, que siempre distrae al público manteniéndolo ocupado para no ver qué sale de la manga del mago.
Hay que añadir que se muestra como la tradicional película de espías y sus estándares, con una mujer despampanante, locaciones alrededor del mundo y bellas mujeres como La Grange (Dua Lipa), que no es buena actriz. Un Argylle (Henry Cavill) sólido e invencible acompañado de su compañero Wyatt (John Cena) construyen el primer renglón del meta universo absurdamente entretenido dentro de la imaginación de quien lo escribe, y un muy buen villano interpretado por el gran Bryan Cranston.
Luego aumenta el nivel de profundidad cuando aparece Elly Conway (Bryce Dallas Howard), la tímida, insegura y dueña del gato Alfie, que está protegida por el que puede ser uno de los puntos más altos de la cinta, el agente Aiden (Sam Rockwell) y sus muy buenas secuencias de acción que le dan ritmo a la película, con una sugerente banda sonora de Lorne Balfe.
Argylle no desentona en ningún momento, ni en las escenas de acción ni en su ritmo ágil y vertiginoso, ya que quiere darle a ese tipo de audiencia lo que fue a buscar. Hasta este momento solo falta un ingrediente, un personaje que viva en las sombras y sea una leyenda en su trabajo y que parezca que está muerto, un personaje como solo puede hacerlo Samuel L. Jackson.
Hasta ahí la película tiene todos los ingredientes para ser una más, fácilmente comparable con otras en la filmografía de este director. Es entonces cuando Vaughn saca el conejo del sombrero. Las escenas y las secuencias ofrecen pistas de lo que está pasando, si el espectador es lo suficientemente hábil para averiguarlo, sin perderse en los exagerados tiroteos y en las frecuentes peleas cuerpo a cuerpo durante las dos horas y diez y nueve minutos de duración, que no se sienten gracias a la buena edición y al buen montaje.
Por eso solo me remito a dejar pistas y no echar a perder la experiencia del espectador. Cuando estaba por pensar que perdía mi tiempo, resultó lo contrario. Argylle busca algo más que entretener, quiere que el espectador encuentre el secreto del espía que no es espía, sino un reflejo de algo más.
Argylle es un buen ejemplo de que el cine de acción, llevado de la mano de Matthew Vaughn todavía puede sorprender debido al desarrollo que ha propuesto por varios años.
Esto no podría llevarse a cabo sin Alfie, el gato, una de las estrellas de la cinta, así como de la supermodelo Claudia Schiffer que en realidad se llama Chip, que hace su aparición en la película. Juzguen ustedes.