Si bien la definición de Showman es la de una persona que presenta espectáculos como profesión, es justo lo que presenta el director australiano Michael Gracey, lo que ha ido representando en su filmografía con películas como Rocketman (2019), P!nk: Todo lo que sé hasta ahora (2021), y con Better Man (2024), la que puede ser su mejor película hasta ahora.
Better Man es una película musical biográfica, con la imagen por computadora de un chimpancé que retrata al cantante pop británico Robbie Williams, logrando un mensaje atractivo sobre cómo quiere exponerse y la manera que tomó su vida, su ascenso, su declive y su presente, que está co-escrito, producido y dirigido por Michael Gracey.

Si bien la película está recreada con una narrativa visual de videoclip en la mayoría de sus secuencias, nunca recae en la repetición del recurso, ni pierde intensidad en su trama, mostrando la vida del cantante en momentos claves de su vida y su carrera de una manera espectacular, gracias a las impresionantes coreografías desarrolladas como un falso plano secuencia, pero que llenan de dinamismo la pantalla y que no se mantienen solamente de los éxitos musicales del cantante británico.

Better Man no recae en el biopic plano y netamente biográfico que la gran mayoría de narrativas de este tipo presentan, que se sostienen en un argumento pobre, lleno de polémicas de la vida de los artistas y que pocas veces habla de sus procesos creativos y de la profundidad emocional y emotiva de los personajes. En cambio, la película de Gracey no escatima en mostrar los excesos, que, gracias al recurso del personaje del mono, recrea con acierto la idea de lo primitivo en el protagonista.

Better Man toma una decisión valiente con respecto a la vida del Showman británico, porque no señala a nadie, y logra mostrar una catarsis que convence y que está impulsada por los grandes éxitos del cantante y la muy buena fotografía del noruego Erik Wilson que supo intensificar las sensaciones, sin alejarse de la estética del videoclip, otro acierto, donde la música se muestra con su impacto comercial y masivo, lo que la película logra por mucho, pues si bien su corazón está en entretener con escenas dramáticas y fuertes, no pierde el norte.

Secuencias espectaculares en las coreografías y el manejo de cámara, como en la canción Rock DJ, que de por sí, sería un gran video. Las secuencias mezcladas con imágenes de la vida real de conciertos tan memorables en el camino al reconocimiento de Robbie Williams, y conciertos legendarios como en el Festival de Knebworth en 2003 o el Live At Royal Albert Hall, Kensington en Londres del 2001, cantando My Way de La voz del fantástico Frank Sinatra, hacen de esta película una experiencia sensorial que vale la pena ver.

No solo el mono y los arcos de los personajes son protagonistas en la representación para completar el perfil dramático de Williams, pues Peter (Steve Pemberton) su padre, consigue imprimirle matices al sentido emocional de la película, como Janet (Kate Mulvany), su madre que se muestra siempre presente con su abuela Betty (Alison Steadman).

Better Man es de lejos el más entretenido, irreverente y potente biopic de los últimos años, que lleva al cantante británico a llamar la atención de la mejor manera, pues sus fans van a estar encantados. Para quienes no han conocido a fondo su música, es el mejor punto de partida. Entretenida película de 2 horas y 16 minutos que no decepciona y que, por fin, le deja un punto alto en este género, porque demuestra que un artista no es solo sus éxitos, sino que puede ser humano, como todos nosotros, sin dejar en ningún momento el estatus de estrella de Robbin Williams. ¡Déjese entretener!